Académico de Cambridge y Observatorio Fiscal plantean cambios para superar la inequidad local

Ya no basta con subsidiar. Eso se desprende del análisis que hace el economista chileno José Gabriel Palma, doctor en Economía de la Universidad de Oxford, doctor en Ciencias Políticas de la Universidad de Sussex, profesor senior emérito de la Universidad de Cambridge y profesor de la Universidad de Santiago.

Su más reciente paper o publicación académica la hizo dos días antes de que explotara el descontento social en nuestro país y se titula "La economía chilena desde el regreso a la democracia en 1990. Sobre cómo obtener una economía emergente creciendo, luego de hundirse lentamente en la arena movediza de la trampa del ingreso medio".

Acerca de su último trabajo, Palma comenta a PULSO que "los motores del crecimiento de la productividad de fines de los 80 y los 90 ya se desaceleraron hace rato". Puntualiza que "la desaceleración del crecimiento del PIB post 1998 es casi exclusivamente debido a la desaceleración del crecimiento de la productividad". Junto a lo anterior, añade que en los últimos 20 años "el empleo siguió creciendo casi a la misma tasa de antes".

Por lo anterior, el académico reflexiona que "no solo hay que repensar lo distributivo, sino también lo productivo. Si no desarrollamos nuevos motores de crecimiento de la productividad, lo redistributivo se hace mucho más complejo. En otras palabras, una mejor distribución del ingreso, para ser sustentable, tiene que estar anclada en la estructura productiva -como en Corea y Taiwán, por ejemplo- y no depender sólo de subsidios y transferencias (menos si son financiadas con pura deuda pública)".

Palma menciona tres ejemplos de motores de la productividad a los que debiera apuntar Chile: la industrialización de las materias primas, un nuevo acuerdo verde (que priorice las energías renovables y a la agricultura con un enfoque de industria orgánica) y la difusión del nuevo paradigma tecnológico en toda la economía. Afirma que el modelo "seguiría siendo capitalismo, con sus defectos y todo, pero al menos un capitalismo capaz de desarrollar las fuerzas productivas de la sociedad de una manera sostenible".

Revisión del gasto público

Respecto al paquete social de US$ 1.200 millones que presentó el gobierno recientemente, desde el Observatorio del Gasto Fiscal (OGF) advierten que las medidas implicarían "un considerablemente mayor gasto público, y probablemente una combinación de tres fuentes de financiamiento: mayor deuda pública, mayores contribuciones de personas de más patrimonio y ahorros fiscales".

El investigador del OGF, Manuel Henríquez, revisó el gasto fiscal asociado que podrían tener otras demandas sociales, por ejemplo la eliminación de las listas de espera en los hospitales o equilibrar las pensiones con el sueldo mínimo de $350.000. Entre ambas medidas, el gasto estimado -con los datos disponibles- ya estaría casi tres veces mayor que el gasto del paquete solidario anunciado.

La directora ejecutiva de esta institución, Jeannette von Wolfersdorff, resalta que en los próximos años también se tendrá que gastar en atenuar los efectos de la "Cuarta Revolución Industrial" o para cambiar el sistema educativo en aras de su adaptación a las nuevas necesidades digitales.

Para lo anterior, la ejecutiva resalta que "se requerirán como nunca antes nuevas fuentes de financiamiento. La deuda pública neta en Chile es siete veces inferior que el promedio de los países de la Ocde. Sin duda, debería y podría subir, pero este aumento debería considerarse con prudencia, porque hipoteca las futuras generaciones".

Aparte de "la necesidad de revisar también nuevos aportes tributarios desde la elite económica del país", Von Wolfersdorff concluye que es central revisar la estructura y los registros de datos del gasto público.

"Llegó la hora de que los partidos políticos también contribuyan a este paquete solidario. Deberían comprometerse a soltar su captura sobre el empleo público y enmendar una reforma profunda al empleo, para que este sea meritocrático y base para un Estado flexible que actúa acorde a las demandas sociales", cierra.

Fuente: La Tercera-Pulso