Estudio del CEP revela "recurrentes" diferencias entre encuesta laboral del INE y datos administrativos desde 1993

El Centro de Estudios Públicos (CEP) se convirtió en un nuevo actor en el debate que lleva más de un año sobre las diferencias entre los resultados de la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), a cargo del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) -particularmente en el ítem de creación de empleo- y aquellos de los que da cuenta la Superintendencia de Pensiones.

Luego de analizar datos desde 1993 en adelante, el estudio suscrito por el investigador senior del CEP, Rodrigo Vergara, y el investigador asistente de la misma entidad, Álvaro Cordero, concluyó que la brecha que muestran las cifras "no es un fenómeno aislado, ya que se ha observado en varias ocasiones en el pasado".

Para darle perspectiva, es que los expertos advirtieron que el mismo debate se ve o ha visto en países como Estados Unidos, Dinamarca y Suecia.

La indagación consideró el concepto de asalariados privados de la encuesta del INE, que se asume que es lo más parecido a los registros de los cotizantes de las AFP, para el período 2010-2019. En el lapso previo, la medición del organismo estadístico sólo incluía a los asalariados totales.

Los resultados muestran discrepancias relevantes entre los datos de la SP y los del INE, "las que han existido consistentemente durante las dos series revisadas".

De hecho, el promedio de las diferencias entre los datos es de 1,24 y 1,28 puntos porcentuales para el período previo a la reforma de la ENE y el período posterior, respectivamente. Es decir, los datos registrados por la SP muestran mayor creación de empleos que los del INE.

El estudio aclaró que debido a las diferentes naturalezas de ambas fuentes y a los posibles sesgos a los que se encuentran sujetas cada una, "no es posible afirmar que una fuente sea mejor que la otra".

Sin desmedro de esto, sí advirtieron que se plantea la necesidad de reducir los niveles de los intervalos de confianza de la encuesta del INE, con la finalidad de obtener estimaciones más precisas.

Junto con lo anterior, y como muestra de los altos niveles de la distancia entre ambos registros, el 34% de las observaciones para el período 2010-2019 corresponden a diferencias (absolutas) de dos o más puntos porcentuales.

El año dentro de dicho período que presenta la mayor cantidad de tales diferencias corresponde a 2018, lo que apunta que hacia el final del período de análisis han existido diferencias importantes entre ambas fuentes. Sin embargo, acotan, no es muy distinto, por ejemplo, a lo que pasó en 2012.

Por otra parte, para el mismo período (2010-2019), el 44% de las observaciones muestran que mientras una fuente de datos reflejaba una aceleración en la variación anual del empleo asalariado, la otra mostraba una desaceleración.

Finalmente, no se encuentra una correlación robusta entre la diferencia de ambas series y el ciclo económico.

Fuente: Diario Financiero