Un 68% dice que no aceptaría un trabajo que afecte el equilibrio entre su vida personal y laboral

El equilibrio entre vida personal y laboral tiene muchos adeptos entre los trabajadores chilenos. Al menos así lo reflejan los resultados de la tercera versión del estudio Percepción sobre la Trayectoria Laboral e Inclusión de las Mujeres en Chile, que realiza el Centro Trabajo y Familia del ESE Business School de la U. de los Andes en conjunto con Diario Financiero.

Este análisis se elaboró sobre la base de un sondeo online a 788 hombres y mujeres en noviembre pasado, y mide percepciones en tres aspectos clave: equidad de género, trayectoria profesional y, además en esta ocasión, compromiso/engagement y salud mental.

Al indagar sobre las condiciones que tienen las personas para moverse de un trabajo a otro, el 68% indica que no aceptaría un trabajo que afecte el equilibrio entre su vida personal y laboral. La siguiente condición es la monetaria: un 61,3% no aceptaría otro trabajo, a no ser que le pagaran significativamente más.

Después se ubican la flexibilidad horaria (33%) y espacial (42,8%).

En general, el ítem engagement/ compromiso (que mide qué tan involucradas están las personas con su trabajo) y salud mental obtuvo un promedio de 6,4 sobre 10, pero un 17,4% de las personas obtuvo un puntaje inferior a 5 puntos, lo que es considerado alto por las expertas del Centro de Trabajo y Familia, María José Bosch, directora, y María

Paz Riumalló, directora ejecutiva.

Jóvenes, más agotados mentalmente

Algunos de los hallazgos en este ítem son que un alto porcentaje (78,7%) sabe lo que se espera de su trabajo; un 62,1% siente que este año tuvo oportunidades de crecimiento laboral; y 59,5% declaró que sus colegas están comprometidos con hacer un trabajo de calidad.

Sin embargo, la percepción del apoyo del supervisor es un poco más baja de lo esperado. Solo un 54,2% considera que este se preocupa de ellos como personas.

Entre las variables que se asocian a estar padeciendo el síndrome de burnout o agotamiento mental, la edad aparece como relevante. En los trabajadores de 26 a 45 años, casi la mitad afirma estar agotado mentalmente. Este porcentaje baja a 26,7% en el tramo entre 56 y 65 años y es aún inferior en el tramo mayor a 65 años (9,5%).

Mejor en empresas más pequeñas

El Índice de Trayectoria Laboral e Inclusión de las Mujeres en Chile tuvo un resultado general promedio de 46 puntos sobre 100, sin mayores cambios respecto de las dos versiones anteriores.

Según explicaron las académicas del ESE Business School, se trata de una percepción relativamente baja y estable sobre el entorno empresarial y cultural para la inclusión laboral femenina. También se mantiene

la tendencia de que los hombres tienen una visión más positiva del entorno respecto a la inclusión femenina que las mismas mujeres.

Los rubros que presentan mejores índices son telecomunicaciones (55,8), consultoría (50,3%) y suministro de servicios básicos (49,6%).

En la sección equidad de género se encontró una leve mejoría respecto a años anteriores, lo que se explica por un aumento en la representación de mujeres en altos cargos. Además, se constata que las empresas más pequeñas presentan una mejor representación de mujeres en altos cargos, mientras que las más grandes ofrecen mayores beneficios familiares.

Otro dato relevante es que la existencia de un encargado de diversidad y equidad de género en la organización no se asocia a mejores niveles de representación de mujeres en la alta dirección.

Maternidad y barreras

En trayectoria profesional, se encontró que en general la maternidad (44,8%) es vista como un obstaculizador en la trayectoria laboral femenina, mientras que la paternidad (6,3%) no parece ser una piedra de tope para el ascenso profesional masculino. Además, un 42,1% de los encuestados pensaba que solo se puede llegar a lo más alto en la empresa si se hacen renuncias familiares importantes.

En cuanto a las barreras, el 70,3% de los encuestados declaraba que existe un escaso reconocimiento del papel social de las familias y un 69,5% un escaso reconocimiento del papel social de la maternidad y paternidad.

Adicionalmente, se les preguntó a los encuestados qué soluciones consideran relevantes y factibles para revertir esta situación. Entre las acciones que tuvieron mayor nivel de acogida se encuentran flexibilidad laboral en tiempo y espacio (79,3%), además de impulsar un reparto más equitativo en las tareas del hogar (78,1%).

Fuente: DF