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Aumenta el consumo de drogas entre trabajadores: marihuana y cocaína son las sustancias con mayor presencia

De acuerdo con la medición “¿Tu empresa da positivo?”, un 21,7% de los trabajadores testeados y que se desempeña en empresas sin acciones de prevención, resultó positivo para alcohol y/o alguna droga estupefaciente.

Fuente: DFPublicado el 29 de septiembre de 2022.

El consumo de drogas no suele ser un tema presente en el mercado laboral. Pero lamentablemente la evidencia sugiere abrir la agenda y sumarlo. De hecho, se trata de un fenómeno que va al alza entre los trabajadores del país: la última edición del estudio "¿Tu empresa da positivo?", elaborado por Global Partners, mostró que un 21,7% de quienes se desempeñan en empresas sin acciones de prevención, resultó positivo para alcohol y/o algún estupefaciente. En la medición anterior, esta cifra llegaba a 20,4%.

Resultados que se basaron en un grupo de 17.708 trabajadores testeados durante los años 2018 y 2019 para detectar el consumo reciente de alcohol y drogas estupefacientes y psicotrópicas, bajo el estándar internacional del programa Drug Free WorkPlace (DFWP), un apoyo metodológico para que las empresas puedan abordar la problemática. Los datos de 2020 y 2021 no se consideraron dada la situación de pandemia que conllevó un contexto de labores remotas.

En el caso de las personas que se desempeñan en compañías que realizan control de alcohol y drogas de forma esporádica, pero que no poseen un programa de prevención e inhibición permanente, el 5,97% de los testeados en horario laboral resultó positivo. Si bien esta tasa es menor al 6,1% de la versión previa, la diferencia es mayor con quienes laboran en empresas que desarrollan el Programa DFWP, donde el 3,06% dio positivo. De todas formas, este último porcentaje es mayor al 2,7% de la medición anterior.

Cocaína al alza

La investigación constata que la droga más presente al momento del examen es la marihuana (44,97%), seguida de la cocaína (32,28%) y por el poli consumo de ambas (19,58%).

Lo inquietante es que esta vez la brecha en el consumo de ambas se redujo a 12,69 puntos porcentuales desde los 27,5 del estudio previo. Es decir, la penetración de la cocaína en los consumidores se ha incrementado, especialmente en las personas en el rango etario entre 26 y 35 años, según los antecedentes.

Los resultados por actividad económica -y en aquellas firmas sin políticas ni programas al respecto- mostraron que en la industria y manufactura el 28,57% de las personas testeadas arrojó positivo, seguido por la construcción con un 23,81%, servicios y otros con un 18,64%, comercio con un 17,65% y, finalmente, transporte con un 10,62%.

Los casos de consumo de cocaína se dieron principalmente en la industria y manufactura; servicios y otros y construcción. En la marihuana (THC) el orden cambió: primero comercio, secundado por construcción e industria y manufactura.

Para el gerente general de Global Partners, Patricio Labatut, existen varias razones que podrían explicar el alza en el consumo entre los trabajadores, pero a su juicio las principales son falta de educación y ausencia de una legislación al respecto.

"En Chile, no tenemos ningún artículo en el Código del Trabajo que hable del consumo de alcohol y drogas en el trabajo. Así de sencillo. En legislaciones como la de Perú está prohibido el consumo de alcohol en el trabajo y está especificado. Pero acá no hay nada", dice. Y a este cuadro, agrega, se suma una escasa educación sobre este problema.

Desde su perspectiva, también se ha ido normalizando el consumo a drogas entre las personas. "Hay estudios que muestran que la percepción de riesgo es mayor con el alcohol y el cigarro, no con las drogas", cuestiona.

Lo que muestra la experiencia

Ante este escenario, para Labatut es clave que las compañías tomen un rol más activo. "Hay empresas que lo hacen, pero en general la mayoría reacciona cuando ya tienen el problema en desarrollo", dice.

Komatsu es una de las firmas que optó por contar con políticas de prevención. Y su gerente de salud, seguridad y medio ambiente, Franco Díaz Ortega, sostiene que los controles de alcohol y drogas permiten articular ambientes de trabajo más saludables, y son una herramienta disuasiva que "brinda dos líneas de acción: primero ayuda a dar visibilidad sobre las condiciones necesarias para un trabajo seguro y la segunda nos brinda la oportunidad de educar y promover hábitos saludables, apuntando a generar valor en el cuidado de las personas y sus familias".

Una lectura similar tiene el gerente general de Transportes Casablanca, Guillermo Doering: contar con políticas en torno a este tema "es esencial para prestar un servicio seguro y de calidad", además de aportar a un ambiente laboral seguro.

Para la gerente regional de recursos humanos de Nexus Logistics, Paola Sanhueza, procurar un ambiente libre de consumo de alcohol y drogas garantiza no solo el bienestar de los trabajadores y sus familias, "sino también la seguridad en nuestros procesos y operaciones".

Lo anterior, enumera, evita accidentes de trabajo y enfermedades laborales -lo que reduce los costos que esto conlleva-; permite mantener un adecuado ambiente laboral, en donde los trabajadores se pueden sentir cómodos y seguros realizando sus actividades; y previene el ausentismo laboral, lo que favorece a una mejor productividad.

Fuente: DF

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