Ciedess en La Segunda: "Inclusión laboral de personas mayores"

La sociedad chilena tiene la inelu­dible tarea de enfrentar los desafios producidos por los cambios demográficos de una población que envejece aceleradamente. Para abordarlos de buena manera, es indispensable impulsar un cambio cultural en la percepción que se tiene de las per­sonas mayores, promoviendo una mirada apreciativa de esta etapa de la vida. Den­tro de las múltiples dimensiones que influyen en el cumplimiento de este objeti­vo, la inclusión laboral y la empleabilidad de las personas mayores son relevantes.

El trabajo en la vejez tiene el potencial de mejorar la calidad de vida de las perso­nas mayores, en la medida en que contri­buye al mantenimiento de la salud funcio­nal y permite mayor autonomía, integra­ción social e independencia económica. Por ello, la promoción de la participación laboral en la vejez está alineada con la actual política pública de envejecimiento y con la propuesta sobre incentivos para postergar la edad de jubilación. Con todo, no se trata de forzar el trabajo en la vejez como fuente principal de ingresos, sino por los beneficios antes señalados.

La realidad muestra que cuando las personas mayores intentan mantenerse activas o buscan su reinserción laboral enfrentan restricciones y prejuicios acer­ca de su capacidad productiva. Tales barreras deben ser desmitificadas, desta­cando en los adultos mayores el valor de la experiencia y competencias distintivas, como su mayor compromiso con la em­presa y empatia con los clientes.

La promoción focalizada de la empleabili­dad de las personas mayores requiere de múltiples esfuerzos, entre los cuales se cuenta la política pública de capacitación. El Sence ha anunciado recientemente la eliminación de la barrera de edad máxima que establecía para ingresar a su oferta de cursos, medida que a priori parece positiva, por cuanto da señales de preo­cupación por la inclusión laboral y em­pleabilidad de los adultos mayores.

La ampliación de la población sujeta a beneficios de capacitación es valorable, y agrega un desafío en cuanto al desarrollo de una nueva oferta de cursos compatible con los intereses de las personas mayo­res, con las necesidades de las empresas y con las expectativas de reconversión laboral en este segmento. Para que la implementación de esta oferta sea exito­sa, es importante que la definición de contenidos y metodologías sean compati­bles con los modos de aprendizaje de las personas con edad avanzada.

Fuente: La Segunda