Tasa de créditos de consumo alcanzó en 2016 su nivel más bajo en al menos 14 años

El negocio de la banca no estuvo inmune el año pasado a las condiciones macroeconómicas que exhibió el país. Con ello, el sector registró un menor ritmo de crecimiento de las colocaciones y condiciones más restrictivas para algunos préstamos por mayor riesgo.

Además de la desaceleración de la economía local, las bajas tasas de interés a nivel global impactaron también las condiciones de los créditos a sus clientes de los bancos chilenos. La tasa de interés promedio cobrada por los bancos para los créditos de consumo llegó a 23,05% el año pasado, su menor nivel en al menos 14 años, es decir 2002, desde cuando el Banco Central tiene datos publicados.

En tanto, la tasa de interés para las colocaciones comerciales y para créditos hipotecarios (a más de tres años en UF), subió el año pasado a 7,35% y 3,71%, respectivamente. En ambos casos, explican en la industria, los bancos están con condiciones más restrictivas para prestar dinero tanto a empresas como a personas que buscan financiamiento para la vivienda.

Un alto ejecutivo de la industria sostiene que en el caso del segmento de consumo, más allá de las tasas mundiales, el panorama interno del país es lo que más pesa en las condiciones de entrega de créditos que establecen los bancos, que en el caso de este negocio están incluso más restrictivas que para las colocaciones comerciales y para la vivienda, ya que esta última tiene un horizonte de más largo plazo.

Razones: escenario externo y local

Detrás de la caída en las tasas a nivel de créditos de consumo habría varios factores, explican fuentes del sector. El primero tiene asidero externo, ya que radica en que a nivel mundial las tasas de interés están en sus mínimos históricos, lo que tiene un efecto a nivel interno.

Por otro lado, en el sector aseguraron que también estaría influyendo un escenario interno más desfavorable, en el que la menor demanda por inversión -con caídas desde 2014- afecta el precio de los recursos (tasa de interés).

Además, en el sector comentan que otra razón obedece a que la implementación total de Tasa Máxima Convencional (TMC) -cuya ley fue aprobada a mediados de diciembre de 2013 y buscaba reducir gradualmente los cobros que pueden aplicar los bancos y otras entidades financieras para créditos menores a $4,6 millones durante 2015- también habría influido.

Lo anterior se aplicó igualmente para tarjetas de crédito. Similar a la tendencia que está registrando el negocio de los préstamos de consumo, las tasas de tarjetas de crédito llegaron a 24,56% en 2016, su menor valor desde al menos 2013 (año desde el que tiene registro el Banco Central).

Si bien las tasas están bajas, las colocaciones no están avanzando de manera relevante. De hecho, en la industria sostienen que, por ejemplo, a nivel del segmento de consumo, la morosidad se ha mantenido relativamente estable, sin mayores aumentos, lo que se explicaría porque las personas están más cautelosas.

Fuente: El Mercurio