Adultos mayores de Fonasa acuden más a la Urgencia que los de isapres
Ante las largas esperas por un especialista y peores condiciones de salud, usuarios del sector público canalizan sus consultas a través de servicios de emergencia.
Fuente: El MercurioPublicado el 27 de marzo de 2016.Lo han dicho expertos, autoridades políticas y médicos: la población de Chile está envejeciendo a un ritmo vertiginoso y se espera que hacia el año 2050, el 30% de la población del país tendrá sobre 60 años.
Dicho cambio demográfico conlleva la adopción de planes y medidas que no siempre van al ritmo de los cambios, esencialmente en lo que tiene relación con el sistema de salud.
Por esa razón, el Centro de Estudios Públicos (CEP) realizó un estudio que aborda la realidad de quienes hoy son considerados como adultos mayores e indagaron en las principales problemáticas de este grupo etario que hoy abarca a cerca de tres millones de personas y que deben enfrentar dificultades para desplazarse, recibir atención médica o concretar ciertas tareas cotidianas (ver infografía).
Estos problemas, tal como lo evidencia el estudio del CEP, no solo se relacionan con un detrimento físico, sino que también, con cuestiones económicas, sociales o, incluso, mentales.
Según el análisis, los adultos mayores de nuestro país tienen más posibilidades de ser aquejados por condiciones crónicas que los jóvenes, lo que se traduce en una mayor demanda por servicios médicos, especialmente los de urgencia.
Esto podría justificarse por el eventual empeoramiento en el manejo de las enfermedades entre quienes tienen más de 60 años, un cambio en el perfil epidemiológico e incluso, por restricciones que entorpecen el acceso oportuno a especialistas.
"Actualmente, el sistema de salud debe acortar las brechas entre médicos y pacientes. Por eso, es vital fomentar la relación a través de un mayor acompañamiento, sobre todo de quienes tienen menos recursos. Eso podría partir en el consultorio de barrio, pues muchos centros de salud están alejados de las personas", afirma, Josefa Henríquez, investigadora del CEP, detallando que hoy el 20% de los adultos mayores viven solos, por lo que, además, se requiere una mayor facilitación de prestaciones.
Menores ingresos
Además de un empeoramiento en el estado de salud, los ingresos de quienes tienen más de 60 años también son más bajos que en edades previas, lo que influye en el tipo de consultas que usan. Por ejemplo, quienes tienen menos recursos, tienen más probabilidades de tener una consulta de urgencia en relación con las personas de mayores ingresos. De hecho, un adulto mayor perteneciente al primer quintil tiene el doble de probabilidades de reportar una consulta de urgencia en los últimos tres meses que quienes pertenecen al primer quintil.
En ese sentido, los datos analizados muestran que en la tercera edad, quienes pertenecen a Fonasa usan en mayor medida las consultas generales, pero sobre todo las urgencias, especialmente los pertenecientes a los grupos A y B, donde se concentra cerca de un 78% de los usuarios que tienen sobre 60 años.
Por el contrario, los usuarios de alguna isapre tienen más probabilidades de tener una consulta de especialidad en relación con sus pares del Fonasa (28% versus 16%) y de hospitalizarse (15% versus 10%), aunque sus estadías hospitalarias son más cortas (9,4 versus 12,5 días).
"Muchos adultos mayores tienen que esperar tres meses por una atención o hasta un año por una cirugía. De hecho, muchas veces las condiciones se agravan y terminan en las urgencias y eso redunda en un sobreuso", explica Carolina Velasco, investigadora del CEP, detallando que una buena política de salud sería ampliar las atenciones en centros privados si es que el sistema público no tiene capacidad de otorgar una atención y "lograr que ambos sistemas, isapre y Fonasa, converjan más", agregó la experta.
Fuente: El Mercurio
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