Más de un millón de personas en el país con síntomas de problemas mentales dice no necesitar tratamiento
Estudio realizado por el Centro de Estudios Longitudinales (CEEL) de la UC y la ACHS, mostró que dos nuevos potenciales estresores que podrían preocupar a la población y que fueron reconocidos por más de un tercio de los participantes.
Fuente: La Tercera-PulsoPublicado el 07 de junio de 2024.El estrés y la depresión han resonado más desde la pandemia con un gran aumento de casos. Muchos estudios dicen que es una de las peores consecuencias que dejó la crisis sanitaria mundial y que advierten de las secuelas que tendrán principalmente en niños y jóvenes, además de los adultos mayores.
Para medir estas consecuencias en el país, una alianza entre el Centro de Estudios Longitudinales (CEEL UC) de la U. Católica y la Asociación Chilena de Seguridad ACHS, que surgió apenas se inició la pandemia, está registrando la evolución de la salud mental en el país a través del estudio Termómetro de la Salud Mental en Chile, que este jueves entregó su novena ronda.
A partir de una muestra representativa de la población nacional, el documento evalúa y reporta de manera periódica la situación de salud mental en el país, además de medir su evolución en el tiempo y profundizar en los factores asociados que generan los cambios.
Más de un millón de personas en el país con síntomas de problemas mentales dice no necesitar tratamiento
Los resultados de esta última entrega, a cargo de sus investigadores, David Bravo, economista y director del CEEL UC, Antonia Errázuriz, del Departamento de Psiquiatría, Escuela Medicina UC, Paulina Calfucoy (Achs) y Daniela Campos, psicóloga, Jefa Técnica de Riesgos Psicosociales de Achs, arrojaron que un 13,4% de los encuestados exhibieron la probable presencia o sospecha de problemas de salud mental, la menor tasa registrada desde abril de 2020, pero que sigue siendo importante de observar por cuanto afecta a 1,6 millones de personas en el país.
Esto coincide también con las menores prevalencias de síntomas de ansiedad (prevalencia de un 23,6%) y depresión (10,4%), soledad percibida (16,3%), insomnio (8,4%) y empeoramiento del estado de ánimo respecto de la situación previa a la pandemia (14,2%).
Sin embargo, el levantamiento también arrojó que el 60,8% de quienes fueron detectados con sospecha o presencia de problemas de salud mental no sintieron necesidad de tratarse, lo que se traduce a un número cercano al 1,1 millón de personas. La cifra llega a 64% en los encuestados que presentaron síntomas de depresión, equivalente a unas 920 mil personas, y a un 55% en aquellos que evidenciaron sintomatología ansiosa, que corresponde a más de 830 mil personas.
Antonia Errázuriz dice que las razones son diversas. "Las más comunes son el estigma asociado, la falta de acceso y de información sobre cómo consultar y evidentemente el costo". Además, las creencias sobre la posibilidad de cambio de uno mismo, sobre la eficacia de los tratamientos psicológicos y psiquiátricos y las expectativas también juegan un rol muy relevante.
Asimismo, existen barreras individuales como:
Falta de recursos.
Falta de información.
Bajo nivel de introspección.
Creencias acerca de los tratamientos psicológicos y psiquiátricos.
Barreras a nivel interpersonal y/o de la comunidad.
"Esto nos indica que todavía queda trabajo por seguir concientizando sobre la importancia y los beneficios de tratar este tipo de problemas, que las mismas personas que consultan valoran mucho" profundizó Campos.
David Bravo, indicó que "los mejores indicadores observados en abril de 2024 respecto de los registros previos del Termómetro de la Salud Mental están relacionados con los mayores niveles de ocupación e ingresos y los menores niveles de endeudamiento de los hogares observados", entre otros factores.
En efecto, el nivel de satisfacción y percepción de efectividad de los tratamientos en salud mental en la población sigue siendo alto. De acuerdo con los resultados, el 79,3% de quienes señalaron haber recibido una atención de salud mental en los últimos doce meses dijeron sentirse "bastante satisfechos, muy, o completamente satisfechos" con la manera en que el profesional con quien consultaron trató el problema.
Además, el 80,5% dijo que el tratamiento había hecho que las cosas mejoraran "un poco" o "bastante" (con un 56,6% declarando esto último). En cuanto al cambio emocional de las personas, 58,4% indicaron estar muy mal o bastante mal emocionalmente al inicio del tratamiento, cifra que bajó en 54 puntos cuando fueron consultadas por su estado actual.
Mujeres duermen menos
En la última medición del estudio, también se observó una notable disminución en la población que presenta problemas de insomnio moderado o severo, bajando del 18% en julio de 2020 a un 8,4%. Esta cifra representa la más baja registrada desde el inicio de la medición y marca un cambio significativo en la prevalencia de este problema. La disminución es estadísticamente significativa tanto para mujeres como para hombres, lo que indica una mejora generalizada en los niveles de insomnio en la población.
A pesar de esta mejora, persiste una diferencia notable entre géneros. La prevalencia de insomnio es mayor en mujeres (9,8%) que en hombres (6,8%), tal como se ha mostrado desde que se comenzó a medir este indicador. Esta tendencia sugiere la necesidad de enfoques diferenciados y específicos en el tratamiento y prevención del insomnio para abordar las particularidades de cada género de manera efectiva.
Campos explica que, puede existe una relación bien documentada entre el insomnio y otros síntomas de salud mental, como la ansiedad y la depresión. Estos problemas están estrechamente vinculados y pueden intensificarse mutuamente, creando un ciclo en el que el insomnio exacerba los síntomas de ansiedad y depresión, mientras que estos síntomas dificultan conciliar y mantener el sueño.
Fuente: La Tercera-Pulso
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