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Reforma Tributaria subirá impuesto a rentas desde $ 4 millones al mes y toca exenciones al sector financiero

Hacienda adelantó a parlamentarios que la desintegración no afectará a las Mipyme. En cambio, a las grandes empresas se le aplicará una tasa especial para dividendos distribuidos.

Fuente: DFPublicado el 01 de julio de 2022.

La presentación del proyecto de reforma tributaria mañana en La Moneda tiene las aguas agitadas en el mundo político, donde hay altas expectativas para conocer detalles de la propuesta.

Ayer se realizó un encuentro clave en esta línea. La subsecretaria de Hacienda, Claudia Sanhueza, y los coordinadores tributarios de la cartera, Nicolás Bohme y Diego Riquelme, se reunieron con parlamentarios oficialistas de las comisiones del ramo de ambas cámaras y sus respectivos asesores, para abordar los detalles del principal proyecto del paquete de reforma tributaria.

Así, tocaron lo relacionado con los cambios al impuesto a la renta que traerá la reforma, como la modificación de los tramos medios-altos del impuesto personal, la desintegración del sistema impositivo y el nuevo tributo al patrimonio financiero e inmobiliario. Según presentes en la cita, Teatinos 120 aterrizó detalles del corazón de la reforma.

Así, apuntó a que se modificarán los tramos medios y altos del impuesto a la renta personal, partiendo por el tramo número cinco que grava a las personas con ingresos mensuales superior a 70 Unidades Tributarias Anuales (UTA). O sea, $ 4.077.360.

A dichos contribuyentes se les aplica hoy una tasa de 23% y llega hasta las 90 UTA ($ 5.242.320).

Luego, viene el tramo número seis, con una tasa de 30,4% para quienes perciben entre 90 a 120 UTA (hasta $ 6.989.760 al mes).

La idea del Ejecutivo es modificar las tasas de dichos tramos y redistribuir los cortes de entrada y salida también para el séptimo y octavo tramo. Esto llevaría, según la fórmula presentada en la reunión, a que la tasa máxima de impuesto personal se ubique en 43%, desde el 40% actual.

De esta manera, se cumpliría la premisa del Ejecutivo de aumentar el aporte de las personas de más altos ingresos, pero sin ampliar la cantidad de personas que tributan por su renta personal ni modificar el tramo exento del gravamen.

Los ejes de la desintegración

El Ejecutivo enfatizó a los parlamentarios que las micro, pequeñas y medianas empresas (Mipyme) mantendrá su actual esquema de tributación integrada, lo que significa que lo pagado a nivel de empresa se puede descontar en su totalidad en el impuesto personal de los socios. Hoy, dicho esquema opera para compañías con ventas promedio por hasta 75.000 UF en los últimos tres años.

En cambio, para las grandes empresas se avanzará en la desintegración del régimen impositivo, separando de manera efectiva la tributación personal de la corporativa. Aquello se realizará con gradualidad para que las corporaciones se adapten al nuevo esquema, recalcaron Sanhueza y sus asesores.

Una de las interrogantes es de qué manera el gobierno evitará que la carga total, al sumar ambos impuestos, supere el 60%. En cambio, Hacienda espera que la carga tributaria máxima sobre utilidades distribuidas se ubique en torno a la mediana de la OCDE, la que según los últimos datos disponibles está en torno a 41,5%.

Una de las opciones que se abordó en la reunión fue establecer una tasa reducida a los dividendos distribuidos. Otra idea en esta línea es que la sociedad que realice la distribución de las utilidades retenga el gravamen. ¿La idea? Aumentar el control de parte del Servicio de Impuestos Internos (SII) y reducir los espacios para la evasión.

Respecto al impuesto al patrimonio, se aplicará en dos tramos: hasta el minuto, la reforma contempla un gravamen de 1% para el valor que oscila entre US$ 5 millones y US$ 15 millones, y de 2% sobre este último umbral. Las tasas finales se están definiendo todavía, pero lo que es claro es que aplicará sobre el patrimonio financiero e inmobiliario de los contribuyentes más ricos.

La mira sobre el mercado de capitales

La reforma traerá dos ajustes para el sector financiero.

Por una parte, se aumentará la tasa del impuesto a las ganancias de capital en operaciones bursátiles, hoy situado en un 10%.

Por otra parte, se modificará el régimen impositivo de los fondos de inversión, aumentando la carga a la distribución de utilidades al exterior.

Hoy,por ejemplo, un fondo de inversión público tributa con un 10% por la remesa de ganancias al extranjero, mientras que a un fondo de inversión privado se le aplica el impuesto adicional de 35%.

Fuente: DF

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