Felipe Larraín, exministro de Hacienda: “Por su magnitud, la reforma tributaria es la que tiene el potencial de generar mayor daño a la economía”
El académico de la UC anticipa que la economía se expandirá en torno al 2% este año, con un sesgo a la baja. ¿La razón? El efecto de la guerra en Ucrania, el retiro de los estímulos en Chile y la incertidumbre interna.
Fuente: DFPublicado el 21 de marzo de 2022.Felipe Larraín es pesimista sobre el desempeño de la economía chilena este año. El exministro de Hacienda, profesor titular de Economía de la UC y miembro del comité ejecutivo de Clapes UC, apunta a un proceso de desaceleración que ha sido mayor al anticipado según las cifras de actividad de los primeros dos meses del año y que espera que se acentúe en los próximos meses.
Esto, considerando además los números de fines de 2021, los que constataron un menor ritmo de expansión de los principales componentes del gasto en octubre-diciembre.
- ¿Es posible crecer más cerca del 4% o del 2% este año?
- El escenario central para este año es que la economía crezca más cerca del 2%, con considerables riesgos a la baja.
- ¿Qué factores fundamentan esa cifra?
- Este es un año muy desafiante en lo económico para Chile. Primero, está la necesidad de retirar las medidas extraordinarias de estímulo fiscal y monetario implementadas para enfrentar la pandemia.
Segundo, el debate constitucional no ha tomado un buen camino y está generando diversas fuentes de incertidumbre en materias tan relevantes para el desarrollo como la certeza jurídica y el respeto de los derechos de propiedad.
Tercero, está el debate tributario que se dará en este contexto. Una reforma tributaria de entre 4 y 5 puntos del PIB en cuatro años y de 8 puntos del PIB en régimen afectará negativamente el crecimiento económico, la inversión y el empleo, y generará una enorme incertidumbre durante su discusión. Ya vimos lo que pasó con la reforma del año 2014 que era bastante menor que esta, nos decían que no afectaría a la inversión y terminamos con inéditos cuatro años de caída.
En cuarto lugar, está la invasión de Rusia a Ucrania, que ya está produciendo ajustes a la baja en el crecimiento mundial que reducirán el impulso externo, al tiempo que sube la presión sobre la inflación y sobre los bancos centrales por subir tasas de interés.
Quinto, está la pandemia, que sigue golpeando a la gente, a las cadenas logísticas y los costos de transporte y de producción en todo el mundo.
También destacaría el efecto que tendrá la sequía en la generación eléctrica y en el funcionamiento de diversos sectores productivos, lo que también incidirá a la baja en el crecimiento este año.
- Suena muy pesimista en su diagnóstico.
- Cuesta encontrar factores alcistas, pero un escenario en que el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania se resuelve rápido, o uno en que se pone una pausa a las reformas de este gobierno que están generando mayor preocupación, podría contribuir a un año algo mejor.
- ¿Cuáles son sus expectativas con el nuevo gobierno, a una semana de su asunción?
- Espero que al gobierno le vaya bien porque eso es lo mejor para el país. Pero ello no va a ocurrir por azar.
Es muy importante que se tenga la flexibilidad necesaria para adaptar los compromisos asumidos a las condiciones económicas, que se tome el tiempo necesario para tener un debate técnico informado sobre los efectos de las reformas y que se hagan los esfuerzos necesarios para generar condiciones de mayor certeza y estabilidad, de manera de atenuar los efectos negativos sobre la inversión y el empleo que provoca un entorno de alta incertidumbre como el actual..
- ¿Mario Marcel da garantías de esa moderación en las reformas?
- Tengo una muy buena opinión de Mario Marcel. Es un gran economista, muy respetado y con gran experiencia en política fiscal. Estoy seguro de que él hará todo lo posible porque los cambios que se realicen tengan el menor impacto posible en la economía. Pero tiene un programa muy duro que llevar adelante.
Además, la materialización de las reformas implica una combinación de aspectos técnicos y políticos. En este sentido, espero que el ministro pueda influir con argumentos técnicos sobre el resto del gabinete y sobre el Congreso, resaltando los riesgos de determinadas políticas, explicando con franqueza los efectos de la mega reforma tributaria y ajustando el avance de las políticas a las condiciones económicas imperantes.
Avanzar en evasión y elusión tributaria
- Este año se priorizará la reforma tributaria, las 40 horas, el salario mínimo y la reforma de pensiones, ¿cuál le preocupa más?
- En principio, la reforma tributaria por su magnitud es la que tiene el potencial de generar el mayor daño a la economía.
Sin embargo, la reducción de la jornada laboral y el aumento del salario mínimo elevarán los costos de contratar, afectando principalmente a las PYME y al empleo.
La reforma de pensiones, en la medida que implique una contribución a un fondo de reparto, será otro impuesto a la contratación que hará más difícil recuperar el empleo y sobre todo elevar la participación laboral de los grupos tradicionalmente más desplazados, como las mujeres y los jóvenes.
- ¿Puede la economía absorber cinco puntos de recaudación en cuatro años?
- Es muy complejo hacer una reforma que recaude entre 4 y 5 puntos del PIB en cuatro años. Además, es muy dañino para la economía. Tenemos la experiencia de la reforma de la presidenta Bachelet que buscaba recaudar tres puntos y solo recaudó la mitad.
Espero que las nuevas autoridades revisen sus estimaciones de recaudación ahora que tienen acceso a toda la información necesaria, pero, sobre todo, que reevalúen sus propuestas a la luz de los nuevos antecedentes disponibles.
- ¿En cuáles temas de la reforma tributaria se deben avanzar hoy?
- Es posible avanzar en reducción de la evasión, por ejemplo, pero eso requiere partir por tener una medición oficial y pública de cuánto es lo que efectivamente se evade.
El impuesto al patrimonio es una muy mala propuesta, porque más allá de los simbolismos, es una medida que no recauda lo que se espera, que los países han ido abandonando en el mundo, que es complejo de recaudar y genera incentivos adversos para la inversión y el flujo de capitales.
Eventuales cambios al royalty o a los impuestos verdes debiesen resguardar la competitividad internacional de las empresas y realizarse con gradualidad.
Avanzar hacia la desintegración requiere definir las tasas de impuestos que se aplicarán al nivel de la empresa y del accionista. Mantener las tasas actuales elevaría significativamente la carga tributaria, lo cual tendría efectos muy adversos sobre la inversión.
En exenciones, con los cambios para financiar la PGU se hizo parte del trabajo. Podría avanzarse en la eliminación del sistema de renta presunta.
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