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La crítica conclusión de la OCDE: “El problema es que se ha dejado a todo el mundo sacar el 10%”

Pablo Antolin plantea que Chile debería legislar sobre la posibilidad de acceder a las cuentas individuales en situaciones personales y excepcionales, “como existe en todos los países”.

Fuente: Diario FinancieroPublicado el 27 de julio de 2020.

Como una "especie de sorpresa" recibieron en la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) la propuesta y debate en Chile para autorizar el retiro del 10% de los fondos previsionales. Así lo explica el encargado del Área de Pensiones Privadas del foro, Pablo Antolin, quien recuerda que la postura de la institución es que "en principio, no es buena idea permitir el acceso, excepto en circunstancias excepcionales".

Desde su oficina en París, señala que "las mejores medidas son programas gubernamentales asistenciales y de desempleo", a lo que agrega que "el Gobierno tiene que dar dinero a la gente para afrontar esta situación excepcional, pero eso no quita que en la legislación existan circunstancias excepcionales para que ciertos individuos puedan retirar".

A su juicio, Chile debería haber abordado el tema mucho antes.

- ¿Por qué les tomó por sorpresa el debate?

- Los países comenzaron a discutir esto en marzo y en Chile se empezó mucho después. Entonces, se dio porque los programas asistenciales y de desempleo no estaban funcionando, o es por otras razones.

- ¿Qué reflexión le deja lo que ocurrió en Chile?

- Chile estaba embarcado en un proceso de reforma del sistema de pensiones, que obviamente se paró por la pandemia; y, de repente -a mitad de camino- surgió lo del retiro del 10%. Hay muchos países que tienen en su legislación, desde antes que llegara el Covid-19, requisitos o criterios en base a los cuales la gente por circunstancias excepcionales y personales, puede sacar dinero de sus cuentas individuales. El problema es que en Chile no existen estas circunstancias excepcionales; y, segundo, ahora se ha permitido a cualquier chileno sacar el 10%, lo necesite o no lo necesite.

¿Cuál es el criterio? Todo el mundo puede sacarlo, por consiguiente, no es solo para afrontar el Covid-19.

Entonces, no está en línea con las prácticas internacionales ni con lo que decimos que se debería hacer en circunstancias excepcionales o personales.

- ¿Qué otro punto le preocupa?

- Si miramos el contexto de los últimos años en Chile, todo el mundo correctamente ha argumentado que las pensiones no son todo lo que a uno le gustaría que fueran. Si uno puede retirar de sus cuentas individuales, mañana habrá menos dinero y pensiones más bajas; entonces, el problema se está incrementando.

Obviamente, es cierto que para ciertas personas con necesidades excepcionales, no hay otra salida; pero el problema es que se ha dejado a todo el mundo sacar el 10%, y esto va a tener un impacto en la adecuación de las pensiones de mañana.

- ¿Quiénes van a sufrir las mayores consecuencias? Mujeres y jóvenes se ha dicho...

- Los que más van a sufrir son los que están a punto de jubilarse y van a sacar el 10%; porque una persona que tenga 25 años y que saque el 10%, primero va a sacar muy poquito, porque no le ha dado tiempo; y segundo, tiene 40 años por delante para seguir ahorrando para financiar su jubilación.

Una persona que tiene 55 o 60 años podrá sacar una cantidad bastante alta, lo cual va a tener un impacto muy fuerte dentro de cinco o diez años.

Más cotización, pero más gradual

- ¿Qué ha pasado en otros países que abren la puerta al retiro de fondos? Perú partió en 10% y ya va en 25%...

- El caso de Perú no es bueno. Hay dos tipos de países que han permitido el acceso a las cuentas de ahorro individual: donde las cuentas de ahorro individuales son un componente insignificante de la jubilación, como en España; y otros, donde las pensiones dependen de sistemas de cuentas individuales de capitalización, como Nueva Zelanda, Dinamarca, Holanda, Estados Unidos.

Esos países no permiten el acceso a las cuentas individuales, excepto EEUU y Australia, que lo han permitido, pero con condiciones.

El problema que siempre hemos visto en Chile es que la legislación no permitía sacar (fondos) por ninguna causa excepcional, mientras en todos los países de la OCDE se permitía por causas extremas.

- ¿Esto se debe abordar en la reforma previsional?

- Eso se debería haber abordado antes y se debería abordar ahora. En Chile hubo un caso muy famoso de una persona que estaba a punto de morirse y no podía sacar su plata. En otros países lo puedes sacar, porque son circunstancias excepcionales y personales. Si son ahorros para financiar la jubilación, el objetivo último es financiar la jubilación. Si sacas dinero para otras razones, tendría que ser justificado por circunstancias excepcionales.

El acceso a las cuentas individuales en situaciones personales y excepcionales debería legislarse como existe en todos los países.

- ¿Cuáles son los ejes de la reforma que deberían hacerse? Ya hay puntos definidos. Más cotización.

- El objetivo de que la gente tiene que ahorrar todos los meses una parte de su salario para acumular activos que el día de mañana financien su jubilación, no cambia. En los sistemas de pensiones, el único problema que puede haber más a largo plazo es que los déficits fiscales que se están creando van a ser problemáticos. El sistema de pensiones en sí mismo sigue teniendo los mismos problemas que tenía antes; y eso no ha cambiado.

- ¿La reforma va en la línea correcta?

- La pandemia ha creado una conciencia de que en circunstancias excepcionales y personales adversas, tener un marco regulatorio que permita acceder a los ahorros es algo que hay que considerar, pero no una medida como la que se ha aprobado en que todo el mundo -lo necesite o no lo necesite- pueda sacar parte de sus ahorros.

- Viendo el impacto de la pandemia en el mercado laboral, ¿la gradualidad en el aumento de la cotización adicional de 6% tendrá que ser mayor?

- Si la prioridad y el objetivo de la reforma es aumentar las pensiones, hay que contribuir más y hay que contribuir más años. Da lo mismo que sea un sistema de capitalización o de reparto. Por consiguiente, la reforma que estaba planteada en ese sentido era correcta, aumentaba las contribuciones e introducía incentivos para que la gente contribuya por períodos más largos.

Obviamente, la crisis crea un problema. Por una parte, de las posibles ayudas estatales, porque con los déficits puede que no haya recursos suficientes. Por otro lado, los empleadores no van a poder aumentar estos seis puntos porcentuales a la misma velocidad que se había planteado anteriormente. El objetivo final no debe cambiarse, la gradualidad del proceso se debe ajustar a la nueva realidad, pero no hay pensiones más altas si no se contribuye más y por períodos más largos.

La visión de las AFP: "No hay por qué deshacerse del sistema"

- ¿Cuál es su visión de las AFP?
- Desde el punto de vista de la OCDE, las AFP están reguladas correctamente, funcionan correctamente y gestionan los ahorros de los trabajadores correctamente. Eso no quita que se pueda mejorar su funcionamiento y puede ser mucho mejor.
A las AFP no les gusta reconocer que las tarifas que cobran por gestionar los activos no son muy altas, pero tampoco son muy bajas. Hay muchos mecanismos y, en ese sentido, a las AFP se les debería exigir más para que los costos sean más bajos.
- ¿Cómo se puede mejorar la regulación de la industria?
- Hay muchas formas de hacer que las AFP funcionen en el mejor interés de los individuos. Si el objetivo es tener mejores pensiones, hay que contribuir más por períodos más largos y hacer más eficiente el funcionamiento de las AFP, pero no hay por qué deshacerse del sistema.
- Hay quienes han planteado que el retiro del 10% es el primer paso para eliminar a las AFP.
- La OCDE siempre ha dicho que un sistema de pensiones debe tener un componente de reparto y uno de capitalización, y los dos se tienen que complementar. Nunca estaríamos a favor de eliminar la capitalización y nunca estaríamos a favor de que no hubiera reparto.
- ¿Cómo se puede abordar el gran malestar de la ciudadanía hacia las AFP?
- Un problema que tienen todos los países, tanto los fondos de pensiones, los reguladores y los gobiernos, es que nunca han sabido comunicar de antemano cuál es la función de un sistema de pensiones, cuáles son las razones para hacerlo, cuáles son los problemas que tiene el sistema del país y qué opciones existen en distintos países con sus pros y contras. Todo ese tema de comunicación a la ciudadanía es esencial.
Entonces, mi recomendación sería que empezaran mañana mismo, tanto las AFP, el regulador, el Gobierno y los distintos grupos interesados en mejorar el sistema de pensiones a hablar claramente de cuáles son los problemas, cuáles son las opciones en distintos países y analizar los pros y contras de cada una de las opciones.
Cualquier persona que te diga que un sistema es mejor que otro, no está diciendo algo correcto. Ningún sistema es mejor que otro, cada sistema trae ventajas y desventajas, y por eso tener un sistema con diversas patas es esencial. Una mesa con una pata no se mantiene, con dos patas tampoco muy bien, cuanto más patas mejor funciona.
- Aunque no haya un sistema perfecto, ¿qué modelos debería estar mirando Chile?
- Australia, Dinamarca, esos dos países yo aconsejaría.

Fuente: Diario Financiero

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