Exsuperintendente de pensiones y exministro, abre una puerta: “Lo que se debe (hacer) es postergar la edad de jubilación”
Alejandro Ferreiro reafirma su punto: “Existe una correlación fortísima: si jubiláramos cinco años después, la pensión podría aumentar en promedio 40%, pero cuesta asumirlo”. Su solución: “Fijar una nueva edad de inmediato sería políticamente muy difícil (...)se podría decir que la generación que nació en 1966 no se va jubilar a los 65 sino un poco más tarde, dando una señal”.
Fuente: La Tercera-PulsoPublicado el 12 de agosto de 2019.El exministro y superintendente de Pensiones y de Seguros, Alejandro Ferreiro, se ha convertido en un hombre clave de la Democracia Cristiana a la hora de discutir la reforma de pensiones. Se ha reunido no sólo con el gobierno sino que también con otras figuras de la oposición. "Siempre hay conversaciones. Efectivamente, hay un grupo de asesores, en vinculación con la mesa, que hemos mantenido conversaciones exploratorias de potenciales acuerdos, básicamente con Augusto Iglesias", admite quien había preferido mantener en reserva sus planteamientos frente a un proyecto que está en la puerta del horno.
Considera que el sistema está descalibrado y debe retornar a su eje para dotarlo de sostenibilidad política y legitimidad social. "Hay un descrédito muy fuerte de la seguridad social. Por tanto, se requiere de un acuerdo con urgencia absoluta. La peor reforma es la que no se hace. A pesar de las preferencias técnicas, cuando se asume que para concretar una reforma se requiere mayoría, hay que partir por establecer puentes".
¿Cree que el gobierno ha tendido puentes?
-Se ha flexibilizado. El proyecto inicial era muy distinto; era muy difícil para este gobierno en su visión ideológica y política asumir la existencia de un ente estatal para la cotización adicional, y tampoco estaba en su horizonte avanzar en ciertos seguros sociales. Estamos en el primer tiempo del partido y queda mucho por jugar.
¿Cómo ve a la oposición?
-Hay sectores que no apoyaron legislar y que ahora se han dado cuenta que no podemos fallarle a Chile en un tema tan fundamental, y que hay suficientes elementos de consenso como elevar la cotización y complementar las pensiones. Es más, cuando uno compara el proyecto Bachelet 2017 con el actual se ven bases comunes importantes. Sería un suicidio, una irresponsabilidad, un capricho innecesario y sin razón, preferir las trincheras a los acuerdos en esta materia.
¿Cree que el alza de cotización en 4% es una buena solución?
-El aumento de la cotización es necesario, pero insuficiente.
¿Por qué?
-El país debe abordar algo que nadie quiere hacer, tampoco el mundo político. En Chile se ha postergado el ingreso al mundo laboral y si en los 80 la gente empezaba la vida activa a los 20 años en promedio, ahora lo hace a los 26 o 27 años, y sin embargo se ha mantenido estable la edad de jubilación que es la misma que identificó Otto von Bismarck a fines del siglo XIX en Alemania. Ha pasado mucha agua bajo el puente, ha aumentado considerablemente la expectativa de vida, pero la jubilación se mantiene en la misma edad, lo que lleva a ahorrar poco y dividir ese ahorro en más años. Y como lo más probable es que caiga la rentabilidad de los fondos, todo se vuelve un cóctel muy complejo para las pensiones y eso requiere una respuesta.
¿Qué respuesta daría?
-Si no tenemos como meta postergar la edad de jubilación, la consecuencia será que las pensiones van a ser insuficientes. Existe una correlación fortísima: si jubiláramos cinco años después, la pensión podría aumentar en promedio un 40%, pero cuesta asumirlo. Las instituciones políticas prefieren negarlo y a todos nos conviene echarle la culpa a algún villano, que en este caso, son las AFP.
Jubilar más tarde también implica que exista oferta laboral para las personas de mayor edad
-Por ejemplo, una mujer en promedio cotiza 12 años y si se jubila a los 60 con una expectativa de vida de 90 años, significa que con 12 años de cotización tiene que sobrevivir 30 años, ¡eso es imposible! Se puede aumentar la tasa de cotización marginalmente, pero lo que debe acompañar a la mayor expectativa de vida es postergar la jubilación. ¿Culturalmente, tenemos que hacer ese cambio? Sí, los empleadores y la legislación deben adecuarse. Este tipo de reflexión, obviamente, es impopular. Para mí, que estoy en el ámbito técnico y fuera de la política, me cuesta menos reconocerlo, pero si sigue aumentando la expectativa de vida y no aumenta la edad de jubilación, probablemente ningún esfuerzo que hagamos será suficiente.
Dicho de otro modo, ¿este proyecto no servirá de mucho?
-Este esfuerzo, incluso con la caída de tasas de interés del último tiempo, probablemente ya es insuficiente, y quizás por eso, el gobierno se abrió a una cotización adicional al 4%. Hay un límite al aumento de la contribución, entonces la otra perilla a ajustar es la edad de jubilación. El compromiso fiscal en algunas décadas podrá significar una carga muy alta si sólo aumenta la expectativa de vida.
Pero como dice ¿es impopular elevar la edad de jubilación?
-Podríamos generar un compromiso social, no para la generación que está por jubilar, sino para quienes tenemos 50 años. Publicar una nueva edad inmediatamente sería políticamente muy difícil de presentar, pero por ejemplo se podría decir que la generación que nació en 1966 no se va jubilar a los 65 sino un poco más tarde, dando una señal institucional que ayude al cambio cultural.
Ahondando en el proyecto ¿qué le parece este nuevo ente o Consejo Administrador de Seguros Sociales (Cass)?
-En la perspectiva de identificar fórmulas viables de acuerdo, convergiendo lo técnico con lo político, es una solución correcta. Obviamente, hay que garantizar la gobernanza que es clave para proteger a los fondos del riesgo de captura para fines distintos de lo previsional, o que sean capturados por el ministro de Hacienda de turno para financiar gasto corriente del Estado. Estamos pensando que también pueda administrar ciertos seguros (rentabilidad, longevidad, dependencia); hay varios elementos que permiten construir en torno a este nuevo ente un gestor de instrumentos y políticas que le pueden hacer bien al sistema chileno.
¿Debería licitarse la gestión?
-Inicialmente se podría licitar, pero una vez que se tenga confianza y robustez, este ente podría incluso gestionar los fondos directamente.
¿Necesita rango constitucional?
-Así también lo propuso el gobierno anterior, Idealmente me gustaría, si hubiera una base de apoyo amplia que tuviera un rango constitucional, como una forma de mostrar que fuimos capaces de llegar a acuerdo. Ahora si no hay quórum, tendrá que ser una empresa.
¿Cuánto sería óptimo subir la cotización extra para seguros?
-Ello dependerá de cómo fragüemos los seguros, los equipos técnicos del gobierno están trabajando en ello: cuánto debe ser financiado con la cotización y cuánto con aporte fiscal, evaluando varias opciones arriba de la mesa.
¿La DC espera 1,5% más, mientras que el PS, PPD y PR, 2%?
-Incluso 15,5% está bajo los estándares internacionales, pero a lo mejor no estamos en condiciones de ir más allá. Ahora. otra cosa es la gradualidad, y la que plantea el gobierno (ocho años) es muy amplia, es un tema a reconversar.
¿La AFP estatal sería una solución adecuada?
-Hay gente que postula que sería bueno para evitar la diferencias arbitrarias, que una estatal compitiera por el 14% con las privadas. Eso técnicamente es viable, pero la pregunta es si lo es, políticamente.
¿Este ente podría aspirar en un momento a administrar el 14%?
-Si este ente lo hace bien respecto del 4%, probablemente en el largo plazo habría pocas razones para no permitirle administrar el 14%. Y paralelamente, cuando ello se discuta, podríamos encontrar que hay pocas razones para que las AFP no administren el 14%.
En ese sentido, ¿qué opina de excluir a las AFP de administrar el 4%? ¿es inconstitucional?
-No deja de ser curioso que a las AFP se les reconozca el monopolio del 10% y al mismo tiempo se las declare interdicta para administrar el 4%. Pero no advierto problemas de inconstitucionalidad. El gobierno y la discusión política están haciendo un ejercicio de realidad ajustando la tasa de cotización para hacerse cargo de un sentir social y político desfavorable a la AFP. No se puede soslayar que hoy el juicio social es extraordinariamente adverso y conspira contra la inclusión de las AFP en un rol protagónico de la reforma.
Pregunto por qué las AFP han reclamado por esta exclusión
-Pues bien. Que reclamen.
Fuente: La Tercera- Pulso
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