Sociólogo Eugenio Tironi: “Si la centroizquierda quiere conectar con la clase media, tiene que allanarse a un acuerdo en pensiones”
Respecto de la reforma previsional comenta: “La DC está incorporada, así que la foto está en marcha y hay que definir el casting. Quien quede afuera va a terminar ‘re mal’ con el electorado”. -“Hay que aceptar que las soluciones serán subóptimas y que no vamos a resolver el problema de la desigualdad por la vía de las pensiones”, dice.
Fuente: Pulso-La TerceraPublicado el 08 de julio de 2019.El gran tema hoy en día es la clase media, advierte el sociólogo Eugenio Tironi. Más allá de que sea el grupo mayoritario de la población, el acento está en entender cuáles son sus intereses y sus temores. Y, en ese plano, especifica que un miedo latente es el ineludible hecho de envejecer y caer en su calidad de vida.
Por eso, advierte a los partidos políticos que es relevante subirse a la reforma a las pensiones, dar el sí a un acuerdo. "Esa foto ya está en marcha, y hay que definir el casting. Y quien quede afuera de esa foto va a terminar 're mal' con el electorado", afirma el socio principal de la consultora Tironi & Asociados.
¿En qué está hoy la clase media?
-En la consultora hemos hecho algunos estudios, observaciones etnográficas, para tratar de comprender el mundo de la clase media, y eso nos lleva a la conclusión de que para las personas está mucho más fuera de su radar la posibilidad de dar un salto de la envergadura de lo que hicieron sus padres o abuelos. Si alguna vez tuvieron esa ilusión la han dejado de lado, pero sin mucho dolor…
¿Sin dolor?
-Es que no están muy seguros de querer repetir esa vida que requirió de un esfuerzo gigantesco para dar el salto. En Chile, hoy coinciden los millennials con la primera generación que nació con US$ 20.000 per cápita, y esta convergencia genera un tipo de personas para las cuales la clase media no es un mal lugar para vivir, ya que ofrece variedad, posibilidades de desarrollo personal, oportunidades de viajes, de enriquecimiento cultural, personal, y no parecen dispuestos a renunciar a eso en función de una carrera frenética por ascender.
Pero la clase media para gozar de esas cosas vive con altos niveles de endeudamiento, ¿eso es óptimo?
-Claro, vive estresada. Primero, porque tiene miedo de caer, de desplomarse al mundo que abandonaron sus padres. Tiene miedo a ese sentimiento de dependencia, de vulnerabilidad, de falta de dignidad. Tiene mucho temor de ser pillada por los de abajo, al igualitarismo por abajo. Pero también sabe que no por mucho pedalear llegará mucho más alto, o se acercará más a los que están arriba, porque ellos están demasiado arriba, y lo único que hacen es distanciarse. Entonces, las ganas, el deseo lo depositan en otras cosas, como estar más con los hijos, protegerse para los momentos difíciles, y por eso que las pensiones son muy importantes.
¿Por qué tan importante?
-Es que el sistema de pensiones de las AFP está principalmente orientado a la clase media, porque los ricos no lo necesitan, y los pobres tampoco, porque dependen del Pilar Solidario y de los hijos.
¿O sea los toca 100%?
-Este tema es hipersensible para los rangos medios, porque cuando hablamos del peligro de volver al agujero negro, las principales amenazas son quedar sin empleo, que se enferme un familiar, y la vejez, y esta última no hay manera de controlarla, llegará. Y por eso esto que era un "no problema" hace 15 años, se convirtió ahora en un gran problema, porque como la población está más vieja, hay más pensionados, y se detecta que las pensiones son mucho más bajas de lo que se prometió y la vejez es más inminente. Los hijos tampoco están en condiciones de hacerse cargo de los padres, y quienes van entrando a la vejez saben que deben hacerse cargo de su destino.
En ese sentido, ¿cómo ve la discusión de la reforma previsional?
-Tengo la impresión de que desde que partió el movimiento No+AFP, que tuvo una adhesión inesperada, hasta ahora, las posturas más testimoniales, más maximalistas han venido perdiendo fuerza. La población se ha dado cuenta de que este es un lío grande, es un problema mayúsculo en todo el mundo, y no es llegar e imaginar soluciones muy creativas. Han aparecido un montón de fórmulas intermedias que no serán óptimas, pero son mejor de lo que hay.
En ese sentido, ¿cómo deberían actuar los partidos de oposición? ¿Pueden negarle la sal y el agua al gobierno?
-Creo que si la actual oposición de centroizquierda quiere volver a conectarse con los grupos medios, tiene que allanarse a buscar un acuerdo y a negociar bien con el gobierno para sacar una reforma de pensiones. No puede imaginarse soluciones maximalistas como fue la Ley de Inclusión en el campo educativo, levantando un principio abstracto que para el mundo de la clase media ha sido muy dolorosa. Hay que aprender de eso y aceptar que las soluciones serán subóptimas y que no vamos a resolver el problema de la desigualdad por la vía de las pensiones.
Entonces, ¿les recomienda estar en la foto del acuerdo?
-La DC ya está incorporada en una fórmula de acuerdo, así que por lo visto la foto ya está en marcha, y hay que definir el casting. Y quien quede afuera de esa foto, por más que enarbole grandes banderas de sistema de reparto, va a terminar 're mal' con el electorado…
¿Incluso el Frente Amplio (FA)?
-Va a ser una encrucijada para ellos. Parece que el FA tiene la vejez más lejos y su electorado, por lo tanto, es menos sensible y puede darse más licencias para actuar más mesianicamente, pero si quiere ser una fuerza de gobierno en el mediano plazo, lo que no está demasiado lejos de su posibilidad, debería pensarlo dos veces. En una de esas es mejor estar en la foto, como lo ha estado respecto de la infancia. Además, hay que reconocer que el gobierno está cediendo cosas muy importantes, no es una negociación de puro maquillaje.
¿Cómo ha visto al gobierno en esta etapa de negociación?
-Hoy el gobierno está entrando en la dura experiencia de la negociación y lo está haciendo bien, porque tiene como partner a la directiva de la DC que le abre la puerta con una ganzúa al resto de la oposición.
¿Qué opina en ese contexto del desempeño de la DC?
-En política, lo fundamental es que se hable de uno, y por lo menos hoy se habla de la DC. También es muy importante transmitir la sensación de que se tiene poder, de incidir en lo que viene, y la DC tiene esas dos cosas. Creo que todo el mundo político está tratando de comprender qué está pasando en este universo llamado clase media. Lo ha intentado con mucho éxito Joaquín Lavín, lo intenta la DC al convertirse en una fuerza moderada, que actúa como puente entre el gobierno y la oposición, y lo comienzan a hacer el PPD y algunos socialistas.
Hablando del PS, ¿cómo los ve en esta crisis?
-Su sistema de gobernanza, en base a caudillos, entró en crisis y debe enfrentarla y no con medidas marginales.
¿Cuál sería su receta?
-Creo que esa lógica que ha permitido gobernar al PS desde su unificación ya se agotó, y lo de San Ramón (el caudillismo) es la punta del iceberg. Esto amerita un congreso tan refundacional como fue la unificación entre el almeydismo y el nuñismo renovado.
"La gente no cree que con la reforma tributaria se va a crecer más"
La tesis de Tironi es que la gente ya asumió un crecimiento menor a 5% y que solo las élites siguen hablando de lograr mayores tasas. "Hay un grado de resignación: las personas se dan cuenta de que llevamos 12 años con una expansión bastante moderada, que para algunos es mediocre. La conclusión es: 'Esto es lo que hay. Me ajusto y vivo en esta meseta'".
¿Se equivocan entonces los que creen que Piñera ganó porque le dio importancia al crecimiento?
-No. Creo que eso es verdad, porque al caer al 2,5% o al 1,8% como sucedió hace años, la cosa se pone cuesta arriba. Que digan que no vamos a alcanzar el 3,5% y vamos a llegar a 3% es tolerable, pero crecer menos de 3% lleva a que el sentimiento de precariedad de los grupos medios sea más agudo, un poco lo que está pasando ahora: el lobo feroz del estancamiento se empieza a sentir en la espalda.
¿Qué estaría haciendo este gobierno en pro de la clase media?
-El programa de Clase Media Protegida es una buena medida. Pero lo que tiene que hacer Piñera es básicamente lo que ofreció: asegurar una tasa de crecimiento sobre el 3%, tranquilamente sobre el 3%.
¿Y cree que lo logre?
-No le dan los números. En la cuenta pública bajó la expectativa, lo cual fue bueno, porque él sabe lo que son las burbujas de expectativas, que le están pegando fuerte. Ahora golpeamos madera para que las cosas no empeoren demasiado. Hay varias señales de que podría repetirse la experiencia amenazante que se tuvo con Bachelet por el bajo crecimiento.
¿Cómo navega Piñera en este escenario cuando decían que el crecimiento se jugaba adentro?
-El 70% dependía de acá adentro, decía. Pienso que la gente no cree nada, no cree que con una reforma tributaria se va a terminar creciendo más. No cree para nada en el ministro de Hacienda, y en general, no cree en la élite económico-política, pero tiene claro que, como dicen los taxistas, todo depende de su trabajo y que las cosas no van a volver a ser tan macanudas como fueron hace 20 años.
Fuente: Pulso- La Tercera
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