logo Ciedess

Cómo se proyecta la extensión de la carrera militar

El gobierno ha anunciado que se ampliará en cinco años. Habrá una escala diferente para suboficiales y oficiales. En este último caso sería de dos a tres años, y concentrados en los últimos rangos del escalafón.

Fuente: Pulso La TerceraPublicado el 17 de diciembre de 2018.

Cinco años. Ese es el lapso, según ya ha comunicado el gobierno, en que se extenderá la carrera militar en Chile para las tres ramas de las FF.AA. Esta modificación es una de las más profundas que afectará al Ejército, Armada y Fuerza Aérea, y apunta a la optimización del uso de los recursos, humanos y económicos, para su formación, ejercicio profesional y pago de pensiones.

La iniciativa, sin embargo, está llena de detalles. Uno de ellos es que aquella extensión no será igual para oficiales y el cuadro permanente (suboficiales). Y, además, se buscaría potenciar los últimos grados del escalafón de ambas líneas.

El propio Presidente Sebastián Piñera planteó, a fines de octubre, que "estamos trabajando un proyecto de ley que va a extender la carrera militar en cinco años (…) Analizamos la experiencia de otros países y creemos que al tener cinco años más vamos lograr dos cosas: que un oficial no se retire cuando está en la flor de su vida, y que eso signifique un alivio fiscal importante".

Además, el ministro de Defensa, Alberto Espina, subrayó hace una semana, en entrevista con La Tercera, que esta iniciativa "también incluye el respaldo al ascenso por mérito y no solo antigüedad".

Carreras paralelas

La carrera militar se divide en las áreas de oficiales y de suboficiales. El concepto central de la modificación que se prepara apunta a dos ejes: alargar la "vida útil" de los efectivos más experimentados, es decir, que en los últimos años de su formación, cuando están más capacitados, no deban dejar la institución; y a redestinar parte de los recursos que actualmente se gastan en pensiones del personal en retiro hacia los uniformados activos.

El universo actual de las tres ramas bordea los 90 mil efectivos, de los cuales la llamada "dotación de planta", aquella sujeta a la carrera militar, supera los 50 mil uniformados.
En el proyecto se ampliaría el escalafón de suboficiales en cinco años (de 35 a 40) y el de oficiales en dos o tres (probablemente de 38 a 41). Ambas áreas quedarían casi a la par y estaría en estudio la aplicación gradual del cambio.

¿Cuál es el proceso formativo de este cuadro? El límite legal máximo de permanencia para los oficiales es de 38 años, mientras que el de suboficiales llega a 35. Sin embargo, en ambos casos la carrera está partiendo cada vez más tarde.

Según cifras de Defensa, la edad promedio de comienzo en 1982 era de 20 años. Esta entrada temprana, entre otros factores, estaba determinada porque en ese entonces no era obligatorio terminar la enseñanza media para ingresar a las escuelas matrices, por lo que varios miembros de las FF.AA. iniciaban su carrera incluso a los 15 años. Hoy, en cambio, es obligatorio el cuarto medio. Esto hizo que la edad promedio actual de inicio de la carrera militar sea de 24 años.

Seis principios

La lógica del sistema militar vigente se funda en seis principios, los cuales lo convierten en un ejercicio profesional con características únicas.

Por una parte, está el juramento de dar la vida, si es necesario, en el cumplimiento de sus funciones; el de desempeñar tareas en situaciones críticas a nivel país; tener capacidad a reacción a corto plazo; la especificidad del personal, que es irreemplazable, ya que nadie más en todo Chile hace ese trabajo; el de movilidad territorial permanente; y la disponibilidad horaria completa. Debido a estas premisas, tanto la carrera como el sistema previsional funcionan como un incentivo para que no existan retiros prematuros hacia otros empleos, producto de la inversión que hace el Estado en la formación.

"Lo primero es definir qué Fuerza Armada es la que Chile necesita. Y para saber eso se requiere tener claros los objetivos del país de aquí al 2050. Y en eso tiene mucho que ver la tecnología, el tipo de riesgo y las amenazas", plantea el analista de Defensa Guillermo Holzmann.

Según un análisis desarrollado este año en la cartera, la inversión que se hace en cada oficial y suboficial, durante su vida activa y retiro, ha cambiado considerablemente desde 1966. Para explicar las proporciones de esa inversión, estos análisis de gobierno utilizaron el ejemplo hipotético (y promedio) de un coronel con 30 años de servicio. A mediados de los años 60, de todo lo que el

Estado invertía en este oficial durante su vida, un 78% se destinaba a sus remuneraciones mientras estaba activo y el 22% a la pensión tras el retiro. Actualmente, para el mismo caso hipotético, el país invierte cerca del 54% de los recursos en la remuneración y el 46% en el ítem de su pensión.

Así, uno de los objetivos de alargar la carrera militar justamente tiene que ver con que se destinen mayores recursos cuando el personal está activo. Y, de hecho, hacerlo en los últimos grados del escalafón, cuando más conocimientos y experiencia se ha alcanzado.


Andrés Allamand, exministro de Defensa, sostuvo que "la extensión de la carrera militar busca aprovechar por más tiempo al personal de las FF.AA. Algunos deben abandonar las instituciones cuando han adquirido altas capacidades y el país se ve privado de aprovecharlas. Además, de esta forma se acorta el tiempo en que se pagan pensiones".

El subsecretario para las Fuerzas Armadas, Juan Francisco Galli, ha señalado que "en la carrera, al ser hoy piramidal, se retira obligadamente mucha gente muy capaz. Creemos que hay que avanzar en aumentar esos espacios y retener a gente valiosa".

Un general (R) de Ejército, quien pidió reserva de su identidad, dijo que "yo pasé a retiro cerca de los 58 años, cuando podía trabajar. Hay que aprovechar mejor el elemento entrenado durante años".

Pensiones

La carrera del mundo uniformado ha sido un tema presente para la actual administración de gobierno. En abril, por ejemplo, en un discurso institucional, el general director de Carabineros, Hermes Soto, dio a conocer su propuesta de extender la carrera policial en servicio activo de 30 a 35 años, junto con ascender al personal en la escala de sueldos.
Para el caso de los militares, uno de los puntos que se viene discutiendo desde hace años es el pago de pensiones y el personal recontratado.

Un reportaje de La Tercera de julio del año pasado, a partir de cifras obtenidas por Transparencia, dio cuenta de que más de 1.050 funcionarios en retiro de las FF.AA. cumplían funciones remuneradas en las mismas tres ramas, con sueldos promedio de $ 940 mil.

El diputado Jorge Brito (RD), presidente de la Comisión Investigadora de Irregularidades en las FF.AA., opinó que "Chile gasta muchos recursos en formar altos oficiales que salen a retiro a muy temprana edad. Y después, algunos son recontratados por la misma institución, recibiendo su pensión y otro sueldo. Es importante extender la carrera militar y acercarla a la vida laboral de todos los chilenos".

El senador PPD Felipe Harboe destacó que "el alargamiento de la carrera es un buen paso, porque va a permitir aprovechar el capital humano con buena formación".
Pero agregó que "eso no debe afectar los ingresos de las personas que están cumpliendo funciones ni generar un estancamiento en el desarrollo de su carrera. Quedarse más tiempo en el mismo grado significa una demora en ascender y con ello un perjuicio".

De allí la idea de que la extensión de la carrera sea no proporcional en cada grado del escalafón, sino enfocada en los últimos. Guillermo Holzmann también planteó otras dudas. "Si bien esto podría representar un alivio para las arcas fiscales, el debate es bastante más complejo. Va a ser un tema de discusión enorme, porque no todos entraron a las FF.AA. pensando en que su carrera se podía alargar".

Añadió que "hay buenos militares, pero se tiene que generar incentivos, y lograr eso sin que alguien esté amarrado 40 años en una institución es complejo. Era válido en el siglo XX, pero hoy no".

Gasto del Fisco en pensiones de FF.AA. representa 1% del PIB

El monto que destinará el Fisco para prestaciones previsionales de las Fuerzas Armadas y del Orden y Seguridad Pública se incrementará 3% en 2019 en comparación a 2018. Lo anterior, considerando que el presupuesto del próximo año tiene estimado desembolsar recursos por $1.845.878 millones (US$2.696 millones) para el ítem "Prestaciones de Seguridad Social" de las cajas previsionales de las FF.AA y Carabineros.

Un 96% de ese total corresponde a pensiones, jubilaciones y montepíos. La entidad que acapara la mayor parte de estos recursos es la Caja de Previsión de la Defensa Nacional (Capredena), ya que destinará $1.071.390 millones (US$1.563 millones) en 2019, cifra que implica un alza de 1,3% respecto al presupuesto de este año. Por su parte, la Dirección de Previsión de Carabineros (Dipreca) contempla desembolsar $701.599 millones (US$1.024 millones), lo que representa un 5,2% más que en 2018.

Con todo, el total de fondos destinados a seguridad social en ambas cajas, equivaldrá en 2019 al 1% del PIB, según el crecimiento estimado para el próximo año.

Versus Pilar Solidario

Fue en 1981 cuando el sistema previsional chileno se dividió en dos modalidades: el sistema de capitalización individual (AFP) y el de quienes se mantienen en el sistema de reparto, entre ellos las FF.AA. y Carabineros.

Con este telón de fondo, Capredena y Dipreca sumarán $1.772.989 millones (unos US$2.589 millones) del Fisco para financiar cerca de 172 mil pensiones (actualmente existen 106 mil en Capredena y otros 66 mil en Dipreca).

Esto se compara con el pago de Pensiones Básicas Solidarias y el Aporte Previsional Solidario de Vejez e Invalidez -que beneficiará a 1,5 millón de personas- donde se contemplan recursos por $1.415.455 millones (US$2.067 millones) para el próximo año.

Lo anterior significaría que el próximo año Capredena realizará un gasto per cápita equivalente a cerca de $831.110, en el caso de Dipreca serían $841.722, y para el pago de Pensiones Básicas Solidarias y el Aporte Previsional Solidario de Vejez e Invalidez equivaldría a cerca de $99.173.

El financiamiento de las pensiones de los jubilados de las FF.AA. y Carabineros no sólo cuenta con dinero del Fisco, sino que también con aportes del personal activo, y de los pensionados.

Eso sí, la tasa de cotización en este sistema alcanza a un 6%, aporte que se descuenta de las pensiones hasta los 65 años. Esto se compara con el 10% de cotización que realizan los trabajadores en el sistema de capitalización individual, cifra que podría subir a 14% en caso de que se apruebe el proyecto que reforma el sistema de pensiones, pero estos 4 puntos porcentuales adicionales irían con cargo al empleador.

Además de cotizar este 6% para pensión, los funcionarios de Capredena por ejemplo, aportan un 0,5% va al Fondo Revalorizador de Pensiones, un 6% a su Sistema de Salud y 5% al Fondo de Desahucio.

Los elementos que determinan el cálculo de la pensión en el caso de Capredena son tres puntos fundamentales: los años de servicio, donde los funcionarios de las instituciones de las FF.AA tienen derecho a pensionarse bajo este sistema a partir de los 20 años de servicio efectivos para el retiro. El segundo requisito es causal de retiro, donde puede ser retiro programado (listas anuales de retiro), voluntario o por inutilidad (invalidez). En tercer lugar se ubica la composición de la remuneración imponible.

Fuente: Pulso-La Tercera

Galería de Imágenes

Categorías asociadas

La Seguridad Social en Chile: Pensiones