Libertad con Responsabilidad
Publicado el 09 de julio de 2015.Con motivo de la reciente aprobación por parte de la Cámara de Diputados de un proyecto de ley que busca modificar la Ley 20.000 que sanciona el tráfico ilícito de estupefacientes y sustancias sicotrópicas, despenalizando el consumo de la marihuana para fines terapéuticos y recreacionales, se ha dado una interesante discusión que ha envuelto a defensores y detractores, pero en la cual ha quedado un aspecto sin debatir que es de suma importancia.
Quienes promueven esta modificación legal argumentan que lo que se busca es que se despenalice el consumo de marihuana en lugares privados, respetando de esta forma la libertad de las personas para poder elegir. Agregan que este no es un problema de salud pública, y por lo tanto no resulta lógica su penalización, ya que sólo impacta a quien la consume.
Sin embargo existe un nocivo efecto que aún no ha entrado a la discusión y que es necesario tener presente, pues sus consecuencias podrían ser impensadas.
En Chile no existe ninguna ley que prohíba expresamente que un trabajador desempeñe sus labores bajo los efectos del alcohol o de las drogas. Los controles de sustancias según dictámenes de la Dirección del Trabajo deben realizarse en forma aleatoria y el trabajador puede negarse a ser sometidos a ellos, o a que los resultados sean dados ha conocer a su empleador. Nuestro Código del Trabajo no contiene una disposición expresa que autorice el término de la relación laboral por esta causal, y los tribunales cuando se ven enfrentados a despidos que han sido originados por este tipo de conductas no han resuelto de manera uniforme.
Lo anterior sin perjuicio de que existe suficiente evidencia que el uso del alcohol y de las drogas altera la percepción de la realidad y la percepción espacial; por lo tanto dificulta e incluso en algunos casos, imposibilita realizar el trabajo en forma adecuada y segura, poniendo en serio riesgo de sufrir un accidente al consumidor, sus compañeros de trabajo y al resto de la población.
En ciertas actividades productivas en donde el riesgo inherente es muy alto, como el trabajo en altura, transporte, construcción, operador aéreo, manejo de explosivos, buceo, por sólo mencionar algunas, esta realidad se hace aún más patente.
Este no es un tema menor, pues una de las tareas que como país hemos hasta ahora desarrollado con cierto éxito, ha sido la de buscar mejorar las condiciones de seguridad en los lugares de trabajo, logrando así evitar miles de accidentes por esta causa cada año. Solo el año pasado hubo aproximadamente 11.000 accidentes del trabajo menos que el año anterior.
Es por eso que creemos que así como se está relevando la libertad de elegir el consumo privado de drogas, se deben garantizar en el mismo proyecto de ley medidas reales y concretas que permitan evitar que las consecuencias de esa decisión de consumo impacte negativamente a terceros, como en este caso sería su entorno laboral, produciendo consecuencias, por cierto no buscadas, pero que afectarían gravemente la seguridad de todos los trabajadores.
Galería de Imágenes
Categorías asociadas
La Seguridad Social en Chile: Salud