Berstein: Pensiones podrían aumentar hasta 26% con seguro de longevidad

Una población con más expectativas de vida y las bajas tasas de interés que afectan la rentabilidad de los ahorros a largo plazo han hecho necesario encontrar fórmulas que permitan hacer más eficientes los sistemas de pensiones.

En este contexto, la ex superintendenta de Pensiones y actual funcionaria del Banco Interamericano del Desarrollo, Solange Berstein, presentó ante la Comisión Asesora para la Reforma de Pensiones -conocida como Comisión Bravo- una propuesta que apuntaba a la creación del seguro de longevidad, que permitiría hacer más eficiente el sistema y entregar mayores pensiones.

Berstein, junto los académicos Marco Morales (UDP) y Alejandro Puente (UST), trabajó en el estudio "Rol de un seguro de longevidad en América Latina: Casos de Chile, Colombia, México y Perú", el que fue presentado ayer en el XIII Seminario Internacional organizado por la Federación Internacional de Administradoras de Pensiones (FIAP).

El seguro de longevidad permitiría que, al jubilar, la pensión que se calcula se encargue de asegurar los ingresos desde una edad determinada. Así los recursos ahorrados en la cuenta individual en la AFP se destinarían a financiar el período en el que existe mayor probabilidad de gasto y un seguro para aquel de menor probabilidad, pero también mayor vulnerabilidad. Así, por ejemplo, quienes superen los 85 años, recibirían una pensión financiada por este instrumento y no por sus ahorros.

El impacto que tendrá el seguro de longevidad dependerá del aporte que se realice durante la vida activa -período en que se financiaría- y la edad en que comenzaría a regir este beneficio.

Por ejemplo, si el seguro de longevidad comenzara a regir a los 85 años y cubriera un 70% de la pensión inicial, la primera jubilación podría aumentar en promedio entre 14% y 27% respecto del monto que se calcula bajo condiciones actuales, dependiendo de si es bajo la modalidad de retiro programado o renta vitalicia.

Este beneficio sería costeado durante la vida activa de los trabajadores, sobre la base de un aporte de entre 1,2% y 1,6% del sueldo de hombres y mujeres respectivamente.

"El aumento en el primer pago de retiro programado es un 40% mayor que el que se lograría con un aumento de tasa de cotización, además de un piso a partir de los 85 años, a diferencia de lo que sucede hoy con esta modalidad de pensión en que el monto continúa decreciendo pudiendo agotar el saldo", plantea el documento.

Los autores sugieren evaluar medidas adicionales, complementarias al seguro de longevidad, en los distintos países. Destacan el aumento en la edad legal de pensión, especialmente en el caso de la mujer que es más bajo en algunos países, acompañado con flexibilización de requisitos de jubilación anticipada de hombres y mujeres, en los casos que se considere necesario.

También proponen analizar la indexación de edad de pensión según expectativa de vida, pero advierten que este paso requiere también medidas para mejorar inserción laboral de personas mayores y cambio en condiciones de jubilación anticipada; entre otras.

Fuente: El Mercurio