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Vencen los préstamos de la pandemia, pero algunas empresas no están preparadas para devolverlos

Los prestatarios se enfrentan a una recuperación más lenta de lo previsto y a nuevos retos económicos. La SBA concedió unos US$ 390.000 millones en préstamos Covid para catástrofes a casi cuatro millones de pequeñas empresas y organizaciones sin fines de lucro. A diferencia de los préstamos condonables emitidos a través del Programa federal de Protección de Salarios, los préstamos para catástrofes se diseñaron para ser devueltos.

Fuente: La Tercera-PulsoPublicado el 16 de diciembre de 2022.

Muchas pequeñas empresas que recibieron ayuda federal para hacer frente a la pandemia están ahora en la cuerda floja para devolver los préstamos, y algunos dicen que el momento no podía ser peor.

WrightIMC, con sede en Allen, Texas, pidió prestados US$ 150.000 del programa de préstamos para catástrofes Covid de la Administración de Pequeñas Empresas (SBA) hace dos años. La agencia de marketing digital, con 20 empleados, ha efectuado este mes el primer pago de US$ 1.600 del préstamo, justo cuando las ventas de publicidad están disminuyendo.

El préstamo para catástrofes "sin duda nos ha ayudado a sobrevivir y evitar despidos", comentó el propietario Tony Wright, que ha congelado la contratación y está recortando gastos a medida que los clientes se aprietan el cinturón. "Irónicamente, el reembolso se produce en un momento en que el negocio está disminuyendo más que durante la pandemia. Quizá no sea el mejor momento para que todo el mundo empiece a reembolsar", agregó.

La SBA concedió unos US$ 390.000 millones en préstamos Covid para catástrofes a casi cuatro millones de pequeñas empresas y organizaciones sin fines de lucro. A diferencia de los préstamos condonables emitidos a través del Programa federal de Protección de Salarios, los préstamos para catástrofes se diseñaron para ser devueltos.

Ahora, tras varios aplazamientos, las facturas están llegando. Para 1,2 millones de préstamos Covid para catástrofes, los primeros pagos vencen este mes; otro millón de préstamos empiezan a reembolsarse en enero. Los prestatarios empezaron a reembolsar 427.000 préstamos en octubre o noviembre.

Los préstamos, que tienen un plazo de 30 años y un tipo de interés fijo del 3,75% para las pequeñas empresas y del 2,75% para las organizaciones sin fines de lucro, fueron bien acogidos por los empresarios, que a menudo tienen dificultades para obtener financiamiento a bajo costo, incluso cuando la economía está en auge.

"Es dinero barato", afirmó Courtney Cowan, propietaria de Milk Jar Cookies, en Los Ángeles. "Es muy diferente de todo lo demás que ha habido por ahí, con un alto tipo de interés y una amortización de dos años", sostuvo.

Cowan, que tiene 24 empleados, utilizó su préstamo de aproximadamente un millón de dólares para cubrir los gastos de explotación, los costos de una segunda tienda de galletas, cuya apertura está prevista para enero, los servicios de un consultor de franquicias, la mejora de los envases y un nuevo sitio web.

Sin embargo, la inflación, los problemas de la cadena de suministro y la escasez de mano de obra han hecho que los reembolsos sean más desalentadores de lo esperado, dijo Cowan. "Tuve un pequeño shock", indicó, tras pagar su primera cuota del préstamo de US$ 5.215 en noviembre. "Sé que tengo que devolverlo. Sin duda pensé que hoy estaría en una situación diferente", explicó. El negocio ha ido mejorando, dijo, pero aún no ha vuelto a los niveles prepandémicos.

A su vez, la inflación ha enturbiado los planes de Nancy Clark de reembolsar rápidamente el préstamo de US$ 52.400 contraído por Trails End Ice Cream, que explota tres heladerías y un remolque de concesión en North Conway, N.H. "Nos aniquilaron con problemas en la cadena de suministro", señaló Clark, que hasta ahora ha efectuado un único pago de US$ 100. "Provocaron estos locos aumentos de precios", agregó.

Clark, que tiene 37 empleados, debe empezar a pagar US$ 256 al mes por el préstamo en julio de 2023. Recelosa de endeudarse más, ha dejado en suspenso sus planes de ampliar el negocio hasta que pague el préstamo.

Algunos empresarios dicen que el negocio nunca volvió a los niveles que habían previsto cuando solicitaron los préstamos.

Justin Tjelmeland, por su parte, utilizó un préstamo para catástrofes de Covid de US$ 42.000 para pagar el arriendo y otras facturas del estudio de artes marciales de Overland Park (Kansas) que dirigió durante 21 años. Pero los clientes tardaron en volver a las clases presenciales. Tjelmeland cerró el estudio el año pasado. Ahora enseña artes marciales en otro estudio unos días a la semana y tiene otros dos trabajos para llegar a fin de mes.

"Quise mantenerlo abierto pensando que la pandemia pasaría", comentó Tjelmeland, que no está seguro de cómo podrá hacer frente a los US$ 205 mensuales del préstamo que empieza a pagar este mes. "Mi crédito ha bajado mucho y no puedo solicitar un préstamo para abrir un nuevo negocio", añadió.

Por otro lado, Tamara Segell, propietaria del Bungalow Spa de Santa Mónica (California), también debe empezar a devolver este mes los US$ 35.000 de su préstamo Covid para catástrofes. La demanda de tratamientos faciales se mantiene en la mitad de los niveles prepandémicos, lo que limita su flujo de caja.

Segell no tiene empleados y utilizó el dinero para pagar el arriendo y otros gastos. El martes efectuó el primer pago.

En un principio, la SBA permitió a los prestatarios aplazar los pagos del préstamo hasta 12 meses, y luego amplió el periodo de aplazamiento dos veces, hasta un máximo de 30 meses, para dar a los prestatarios más tiempo para recuperarse de la pandemia. Decidió no permitir aplazamientos durante el máximo de cuatro años permitido por el Congreso.

La SBA afirmó en un comunicado que tuvo en cuenta las opiniones de los prestatarios de todos los sectores y que sus decisiones durante la pandemia han sido comparables a las adoptadas por el Congreso y los reguladores bancarios.

Los prestatarios que experimenten dificultades financieras a corto plazo pueden solicitar una reducción temporal de los pagos por dificultades financieras, según ha informado la SBA. Esta opción, disponible para los prestatarios de préstamos federales para catástrofes, requiere pagos mensuales de al menos el 10% del importe adeudado, o un mínimo de US$ 25, durante seis meses. Si las dificultades persisten, los prestatarios pueden solicitar una prórroga de seis meses.

Según la SBA, un tercio de los prestatarios con préstamos Covid para catástrofes efectuaron pagos durante el periodo de aplazamiento.

Algunos prestatarios dicen que agradecieron el tiempo adicional para recuperarse, pero se sorprendieron al descubrir que los intereses se acumulaban -y el saldo de su préstamo aumentaba- durante el periodo de aplazamiento.

"Dijeron que era un préstamo a bajo interés", afirmó Kristin Malara, proveedora de servicios de guardería a domicilio en Lenexa, Kansas, que solicitó un préstamo para catástrofes de Covid por valor de US$ 14.000. "No comentaron que empezaría a acumular intereses inmediatamente", reclamó.

A su vez, Malara aseguró que el préstamo supuso un buen colchón para los proveedores de servicios de guardería, pero que ahora se lo está pensando mejor.

La SBA manifestó que no tiene autoridad para eliminar los intereses acumulados durante el período de aplazamiento, pero sigue buscando opciones para ayudar a los prestatarios. Los detalles del reembolso y los intereses se indicaron durante el proceso de solicitud y se incluyeron en la autorización y el acuerdo del préstamo, explicó la SBA. La decisión de cobrar intereses durante el período de aplazamiento fue tomada por el gobierno de Trump, comentó la agencia.

Gina Baski, por su parte, propietaria de TriFit, un gimnasio de Santa Mónica, California, dijo que no se dio cuenta de que se estaban acumulando intereses en su préstamo para catástrofes de US$ 150.000 de Covid hasta que hizo su primer pago del préstamo en marzo. Según Baski, sólo US$ 11.000 de los US$ 35.000 en pagos del préstamo se han destinado al principal, y afirma que el negocio se mantiene a la mitad de los niveles previos a la pandemia.

Baski comentó que revisó los documentos de su préstamo antes de firmarlos, pero que en ese momento estaba haciendo malabarismos con las cambiantes normativas del Departamento de Sanidad, los retos financieros y los detalles del Programa de Protección del Salario. "Oíste la palabra aplazar. Hiciste esta suposición", señaló Baski, que ahora tiene 25 empleados, frente a los 50 que tenía antes de la pandemia. Los intereses "se acumulaban desde el día en que pedimos el préstamo, lo que muchos de nosotros ignorábamos", agregó.

Fuente: La Tercera-Pulso

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