Inflación y desaceleración llevan al mínimo la intención de compra de viviendas y autos

La desaceleración de la economía, sumada a la alta inflación, han llevado al suelo la confianza de los consumidores durante este 2022. Ambos factores están generando un impacto en las decisiones de compra de las personas.

En uno de los apartados del Índice Percepción de la Economía (Ipec), elaborado mensualmente por GfK, se consulta a los consumidores si es un buen momento o no para comprar artículos para el hogar (como muebles, refrigerador o cocina), una vivienda o un auto (ver infografía). La visión generalizada durante este año por parte de los consumidores es más bien negativa y ha llevado al registro a sus mínimos históricos -desde por lo menos el 2000- durante este año.

"La inflación, que ha estado impactándonos más de lo que se estimaba, afecta directamente el poder adquisitivo de las personas, sobre todo de aquellas de menores recursos, desacelerándose el consumo", plantea la gerenta de estudios de la Cámara Nacional de Comercio, Bernardita Silva.

Agrega que en julio se vio una baja de 3% de las remuneraciones reales, desacelerándose de esta manera la masa salarial. "A esto se suma el aumento de las deudas en UF, junto con una mayor tasa que hace más difícil adquirir obligaciones financieras. Todo esto afecta la situación económica personal y la disposición de compra de los hogares, donde, según el índice de confianza, ambas variables, si bien suben en el margen, se mantienen en altos niveles de pesimismo", plantea Silva.

Por su parte, el economista sénior del Observatorio del Contexto Económico de la UDP, Juan Ortiz, plantea que el consumo de bienes durables se ha desacelerado a lo largo del año, en medio de un escenario económico más estrecho, caída de los salarios reales en términos interanuales y un aumento en los costos de financiamiento, a pesar de que la liquidez de los hogares se mantiene aún sobre su tendencia histórica.

"La expectativa de gasto de este tipo de bienes, como son la compra de autos, vivienda y artículos para el hogar, se mantiene en terreno negativo, llegando a mínimos históricos según la descomposición del Ipec. Este hecho refuerza la dinámica de desaceleración de este tipo de gasto", plantea el economista.

Ortiz explica que una característica de este tipo de gasto es su financiamiento con crédito, cuyo costo a través de mayores tasas de interés no solo ha aumentado, sino que se espera que el proceso de ajuste monetario al alza no finalice aún, mientras las condiciones para otorgar créditos se vuelven más restrictivas por parte del sistema financiero. "En este escenario, es óptimo para los consumidores priorizar su gasto en medio de menores ingresos reales, postergar compras dada el alza de precios de los bienes junto con mayores costos de financiamiento, tal como se indicó anteriormente", sostiene.

Las cifras de ventas de los distintos canales van en línea con la intención de compra de los consumidores. Durante agosto de este año, según datos de la Asociación Nacional Automotriz de Chile (Anac), la venta de autos nuevos cayó un 6,8% respecto a igual período del año pasado, luego de 17 meses de alzas consecutivas. Escenario similar enfrentó el mes pasado la venta de autos usados. Según la Cámara de Comercio Automotriz de Chile (Cavem), en agosto se comercializaron 86.089 vehículos livianos y medianos usados, lo que representó una disminución de 35,8% anual. Dicho volumen, además, fue el más bajo para un octavo mes desde 2015.

En materia de viviendas y de acuerdo a un informe de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC), en el segundo trimestre de este año, las ventas en el Gran Santiago disminuyeron un 27% interanual, la tercera caída trimestral consecutiva. Así, en el primer semestre del año, este mercado retrocedió 34%, hasta las 9.953 unidades -casas y departamentos- comercializadas.

Fuente: El Mercurio