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Los nuevos desempleados: más adultos, con mayor nivel educacional y fuerte presencia de mujeres

En 12 meses el panorama cambió. En el trimestre junio-agosto, la desocupación bajó de 6,7% a 6,5% respecto de un año atrás, pero las tendencias ya no son las mismas. El tiempo de cesantía aumentó a un promedio de 4,1 meses y las mujeres, que hasta 2014 ocupaban la mayoría de los puestos laborales creados, hoy han perdido participación. La minería pasó de gran promesa a foco de preocupación y, además, el mercado presencia un incremento de profesionales con postítulo que no logran emplearse.

Fuente: La TerceraPublicado el 18 de octubre de 2015.

Mujeres son las más afectadas

En los últimos años fueron las más beneficiadas por el dinamismo de la economía. Pero hoy son las más afectadas por la desaceleración. Según las cifras del INE, hace un año, las mujeres explicaban casi la totalidad de los empleos creados, pero entre junio y agosto de 2015 ocuparon 40% de las nuevas plazas. En paralelo, mientras 10.360 hombres dejaron el desempleo en los últimos 12 meses (quedando 309.330 en esa condición), en contraste, 1.750 mujeres quedaron desempleadas (totalizando 242.230 personas en ese estado). Hoy, 44% de los 551.566 desempleados del país son mujeres.

"Se está perdiendo lo que se había ganado. Eso puede tener relación con que uno de los sectores en que más ha crecido la desocupación es el comercio, intensivo en contratar mujeres. Dadas la desaceleración y la reforma laboral, las grandes tiendas están cambiando su modelo de negocios. Muchas están copiando el modelo de firmas extranjeras de moda que han llegado al país, ligado al autoservicio. A eso se suma un alza de las compras por internet", dice Cecilia Cifuentes, de LyD.

Paula Poblete, directora de Estudios de ComunidadMujer, agrega que las mujeres han sido más afectadas, porque "el Código Laboral nos hace comparativamente más caras que los hombres", en especial por el costo asociado a la maternidad.

Desocupación aumenta en el segmento de 35 a 44 años

Tradicionalmente, la desocupación se ha concentrado en los segmentos más jóvenes. Según la última encuesta del INE (junio-agosto), el 20% de los 551.566 desocupados tiene entre 20 y 24 años y el 18%, entre 25 y 29 años. El 11%, entre 30 y 34 años.

Pero fueron los grupos de 35 a 39 y de 40 a 44 años los que anotaron las mayores alzas en los últimos 12 meses, con 9.250 y 4.760 nuevos desempleados, respectivamente.

Cecilia Cifuentes, de LyD, afirma que la desaceleración económica afecta "proporcionalmente más a los jóvenes", debido a su menor calificación y experiencia, pero reconoce que la menor demanda de trabajadores en el ciclo actual también ha dejado en una situación más compleja a los tramos adultos. Esto, explica, debido a que mientras los más jóvenes optan por salir del mercado cuando pierden un empleo, "en torno a los 30 años, a las personas no les es indiferente o simplemente no pueden pasar de la ocupación a la inactividad". Por eso, dice, en lugar de sumarse a la categoría de inactivos, aumentan el número de desempleados.

El nuevo escenario también da cuenta de una creciente tendencia a mantenerse activos hasta después de la edad de jubilación, de 60 años para las mujeres y 65 para los hombres.

Los datos del INE señalan que 262.290 mayores de 70 años están en la fuerza de trabajo: un 20,6% más que en junio-agosto de 2014.

El ocaso de la promesa minera

Parecía la mejor apuesta para elevar los niveles de participación y ocupación del país. Entre 2012 y 2013, los programas especiales de capacitación financiados por el Estado para promover la incorporación en el mercado laboral minero proliferaron. Por ejemplo, en 2012 el gobierno creó un programa dedicado a las mujeres, en un contexto donde se estimaba que esa industria necesitaría, al menos, a 50.000 nuevos trabajadores en la década.

Pero las expectativas cambiaron como resultado de la paralización de proyectos, el alza de costos y la volatilidad del precio del cobre y los commodities en general. El último informe del Consejo Minero señala que entre 2014 y 2023 la demanda de trabajadores llegará a 27.347 personas, seis mil menos que las estimadas en la versión anterior del estudio. Según el INE, la minería tiene 27.710 cesantes, 2.990 más que en 2014. En regiones como Atacama está el sector con más cesantía. A este panorama se suman nuevas reducciones de personal anunciadas por la estatal Codelco y mineras privadas.

Joaquín Villarino, presidente ejecutivo del Consejo Minero, prefiere apuntar a una reorganización de la demanda minera. "Si continúan los actuales precios y se paralizan nuevas faenas, hay antecedentes que hacen pensar que seguirán las desvinculaciones (...). La pérdida de fuentes laborales es mala, pero abre una perspectiva respecto de las contrataciones que vendrán a mediano y largo plazo, porque la minería es cíclica. Tenemos que buscar la recontratación de personas con un perfil que permita mejorar la productividad", plantea. Agrega que la demanda se vinculará más con mantenedores mecánicos y operadores de equipos fijos.

Cesantía dura más de cuatro meses

En junio del año pasado, un trabajador que perdía su puesto requería, en promedio, 2,9 meses para encontrar uno nuevo.

Un año después, la espera aumentó a 4,1 meses, en promedio, según constató el último informe de empleo realizado por el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile, con cifras de junio último.

La medición -que se levanta sólo en el Gran Santiago- mostró un incremento general del tiempo de cesantía. Por ejemplo, 4,5% de los 184.400 encuestados que se declararon cesantes llevaba más de un año en ese estado. En el mismo período de 2014, en cambio, no hubo reportes con esa duración.

En contraste, el total de cesantes por menos de un mes bajó de 37,1% a 31,2%. Esa misma tendencia siguió el segmento de cesantes que va entre un mes y un día a tres meses, que retrocedió de 32,8% a 25,8%.

La encuesta arrojó que un 57% de los cesantes había quedado sin empleo en los últimos tres meses. La proporción de personas largamente desocupadas (por seis meses o más) subió de 12,6% a 21,9% en un año.

Técnicos y doctores sin trabajo

Cesantes ilustrados. Así denominan algunos expertos la tendencia que se observa al desagregar por nivel educativo. Según la encuesta del INE, 50,7% de los 551.566 desempleados del país completó educación secundaria, 15,1% tiene enseñanza técnica y 17,2% es universitario.

Pero el mayor avance del desempleo se centró en el segundo ciclo de la educación terciaria o doctorado. En el trimestre junio-agosto de 2015, 390 de los profesionales más calificados no tenían empleo; en 2014 nadie se reportó en ese estado, por lo que proporcionalmente fue la principal alza del período.

Jorge Babul, presidente del Consejo de Sociedades Científicas, afirma que uno de los problemas es que se destinan recursos a becas para doctorados sin generar incentivos en el mercado laboral para su posterior contratación. Afirma que casi el 80% de esos profesionales se desempeña investigando en universidades y que la situación laboral podría empeorar, pues en cuatro o cinco años se incorporarían unos 3.000 doctores a la fuerza laboral. "Tenemos profesionales con la mejor calificación, pero no tienen dónde ejercer", dice Babul. Pero el aumento más grande está en los desempleados con educación técnica, categoría a la que se sumaron 7.767 personas en el último año, totalizando 83.220 sin empleo.

Sube cesantía en Antofagasta, Los Ríos y La Araucanía

El 65% de los cesantes está en las regiones Metropolitana, de Valparaíso y Biobío. Sin embargo, en el último año las mayores alzas se concentraron en las de Antofagasta, Los Ríos y La Araucanía, donde quienes perdieron su empleo subieron 45%, 20,2% y 19,2%, respectivamente.

Los tres sectores donde más trabajadores perdieron su empleo en el último año son comercio, agricultura y servicios sociales. Pero la realidad difiere si se examina región por región. En Atacama, por ejemplo, el rubro con más cesantes es la minería. Este sector fue el que, en proporción, anotó el mayor incremento de despidos en las regiones de Atacama y Metropolitana en los últimos 12 meses.

Debido a la destrucción que dejó el terremoto en Coquimbo, Juan Bravo, economista de Clapes UC, estima que en el reporte que el INE entregará este mes se podría ver un alza en el desempleo. "Basado en la experiencia del terremoto anterior, lo que ocurre en el primer momento es que el desempleo tiende a aumentar, porque algunas personas pierden su fuente de trabajo por el desastre, pero en los meses siguientes la actividad surge con un poco más de fuerza, impulsado por la misma actividad de reconstrucción", explica.

Fuente: La Tercera

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