Ciedess en La Segunda: Transversal peligro populista

"La votación de la Cámara ha sido un mensaje sobre las previsibles dificultades del Gobierno para alinear a sus bancadas y establecer puentes con otros sectores".

La Cámara de Diputados decidió -por amplia mayoría- dar luz verde a la discusión de los proyectos que permitirían otro rescate de los fondos de pensiones.

El mecanismo del retiro se ha convertido en una adicción para los legisladores, al punto de que hay siete proyectos sobre el tema.

Pese a que, en rigor, solo se resolvió una materia de metodología y no el fondo de las propuestas, no es difícil observar un principio de actitud favorable a la medida.

Aunque no estaría garantizado el cuórum de tres quintos para la enmienda a la Carta Fundamental, la dinámica parlamentaria tiene su propia lógica; los rescates anteriores, que empezaron también en minorías periféricas de la Cámara, concluyeron arrastrando al conjunto del Legislativo e incluso desembocaron en crisis de gabinete.

Si el Ejecutivo prefería no abrir este debate, la posición asumida por su coalición siembra dudas sobre su capacidad para ordenar la fuerza propia.

La Moneda ha recordado que el quinto retiro no es una promesa de campaña y que las condiciones actuales, tanto la evolución de la pandemia como la reactivación económica, no lo justifican.

Ayer el titular de Hacienda, Mario Marcel, informó que en los próximos días se presentará un plan de recuperación inclusiva focalizado en los grupos y sectores más rezagados.

La autoridad también incrementó el subsidio del Mepco y considera incorporar la parafina y el gas licuado a un mecanismo de estabilización de precios; parlamentarios que impulsan los retiros han vinculado su voto al alcance, velocidad y profundidad de las ayudas.

Hace algunos días, Marcel reiteró que los tres primeros rescates -más de US$ 50 mil millones- han impactado en inflación, ahorro previsional, tasas y créditos.

En su momento, sin embargo, tales aprensiones no sensibilizaron a los congresistas.

La forma en que se ha reabierto la discusión tampoco anticipa un examen riguroso del efecto de los retiros, las reales necesidades de las personas y la composición de los grupos que serían beneficiados.

Según Ciedess, centro de estudios ligado a la industria de AFP, 82,2% de los cotizantes podría acceder al quinto retiro, pero en montos muy variables (casi un millón podría sacar menos de $ 100 mil); de hecho, 3,1 millones de personas, 45% de la masa aportante, quedarían sin saldo en sus cuentas.

Las cifras ponen a prueba la sostenibilidad de cualquier futuro modelo de seguridad social basado en un componente público o estatal fuerte; por cierto, cada nuevo retiro haría más difícil la reforma previsional que Marcel comprometió para el último trimestre del año.

La apelación a que la coyuntura ha evolucionado y que lo principal es concentrarse en los cambios estructurales probablemente no es congruente con las expectativas que las personas se han formado, a partir -precisamente- de las conductas previas del Presidente y su coalición; en este ámbito, la autoridad encara un desafío comunicacional de credibilidad y coherencia.

El problema, además, no lo ha creado la oposición, sino diputados de los propios partidos oficialistas.

Si bien la votación de la Cámara fue un asunto de procedimiento, ha sido también un mensaje sobre las previsibles dificultades del Gobierno para alinear a sus bancadas y establecer puentes con los sectores que no integran la coalición.

El nuevo Congreso, en particular en la cámara baja, es el más impredecible, fragmentado y polarizado desde el regreso a la democracia.

Con la crisis social y la pandemia el Legislativo anterior se impuso al Presidente de la República en cuestiones que se entendía pertenecían a su esfera de su iniciativa; en ese contexto incluso se habló de "parlamentarismo de facto".

Es temprano aún para establecer la fisonomía del nuevo Congreso, pero los primeros indicios apuntan a que el Gobierno deberá ser muy diestro para desarrollar de manera responsable su agenda de cambios.

Los riesgos de profundizar la disfuncionalidad del sistema político y la deriva populista requieren especial atención y capacidad de gobernanza.

Fuente: La Segunda