Alfredo Coutiño, Moody’s: “Si ganara el candidato de la derecha Chile tendría similitudes con Brasil y si gana el de izquierda entraría en una senda como la de México”
Con ese paralelo, el director para América Latina de Moody’s Analytics intenta dar cuenta de que ambos programas muestran carencias: el de Gabriel Boric en materia de crecimiento económico y el de José Antonio Kast en materia social. Advierte que cualquiera de los dos deberá enfrentar un complejo 2022, por la inflación y las presiones sociales.
Fuente: La Tercera-PulsoPublicado el 17 de diciembre de 2021.ara Alfredo Coutiño, director para América Latina de Moody's Analytics, un programa de gobierno robusto en materia económica debiera balancear los énfasis en crecimiento y bienestar social, de lo que a su juicio adolecen los dos candidatos que se enfrentarán este domingo en segunda vuelta en Chile: José Antonio Kast y Gabriel Boric.
Además, como alguien que lleva décadas cubriendo la región, plantea que el panorama para el futuro mandatario no es particularmente alentador. Indica que además de enfrentar dificultades para lograr las mayorías que le permitan avanzar en sus propuestas en el Congreso, encarará un 2022 con problemas de inflación y presiones sociales.
¿En qué escenario enmarca esta segunda vuelta presidencial, considerando el Congreso que se configuró en los comicios de noviembre?
-Chile enfrenta no solo uno de los procesos electorales más competitivos de la historia, sino que además un proceso que deja a un lado la tradición política en el país, en términos de que las fuerzas políticas dominantes ahora se mueven en dos extremos prácticamente opuestos y dejan al centro fuera de la arena política.
Asimismo, vemos una composición del Congreso donde hay fuerzas más equilibradas y será más difícil para quien resulte presidente poder hacer cambios con una mayoría de su lado y, por supuesto, eso puede llevar al proceso político a una situación de aletargamiento, donde la discusión puede ser muy fuerte y puede tomar mucho tiempo. Esto podría derivar en el riesgo de un impasse político, donde las decisiones y medidas que urgen en el país pudieran no ser aprobadas de manera inmediata y eso retrasaría el devenir político, pero también afectaría el devenir económico. De tal manera, se enfrentan a unas elecciones que son inciertas para cualquiera de los dos candidatos. El futuro político y económico del país no está claro quien quiera que gane.
¿Qué análisis hace de la moderación exhibida por ambos candidatos de cara al balotaje?
-Dado el resultado de la votación en la primera vuelta, en donde ninguno de los dos candidatos alcanzó una tercera parte de la votación, hay una proporción de la población de chilenos que van a salir a votar el domingo 19 que todavía no tiene definido el voto y es una proporción de votantes que se puede mover hacia un lado o hacia otro.
Es decir, hay grupos que definitivamente pueden no salir a votar, porque les parece que es irrelevante. Hay un segundo que está indeciso entre votar por la derecha o por la izquierda, y otro, que todavía está evaluando si hay un candidato que le pueda ofrecer algo en relación a lo que le estaba preocupando y que se diga durante la campaña.
Eso nos lleva entonces a la estrategia política detrás de cada uno de los candidatos, dado el resultado en la votación y dada la idea de que hay que atraer el voto de aquellas personas que todavía no han decidido y que están por un lado y por otro. Entonces, la estrategia política es suavizar algunas de las propuestas. El candidato de la derecha moderó alguna de las propuestas que no habían convencido a parte del electorado, o que molestaban o despertaban dudas en ese grupo de electores.
Lo mismo sucede con el candidato de la izquierda. La moderación que se hizo con respecto a la política fiscal es un ejemplo muy ilustrativo, al moderarla en términos de poder atraer a un grupo de personas que tenía incertidumbre al respecto.
Por eso todavía hay parte del electorado chileno con dudas, porque se sabe que en las campañas una estrategia es moderar unas propuestas para atraer a parte el electorado. El problema está es que cuando llegan al poder se pueden olvidar de esos cambios y de esa moderación. Yo creo que ahí está el gran dilema para cada uno de estos dos candidatos: hay una moderación de sus propuestas, pero eso no elimina el riesgo que una vez estando en el poder, estando en la oficina presidencial, tengan que cambiar nuevamente y le den una sorpresa a sus electores, tanto para un lado como para el otro.
Es decir, si llegara a ganar el candidato de la derecha el riesgo está en que siendo ya presidente tuviera que implementar políticas más radicales, más conservadoras, y lo mismo sucedería con el candidato de la izquierda, que una vez estando en la oficina presidencial se olvidara de las promesas y de las moderaciones, o que incluso tuviera presiones dentro de la misma coalición que lo está apoyando para tomar un rumbo más radical en el país.
Ese es el gran dilema y el gran riesgo para los dos candidatos.
A su juicio, ¿dónde están las diferencias fundamentales en materia económica entre ambos candidatos?
-Hay una diferencia muy importante en términos de los programas económicos. Las propuestas económicas del candidato de la derecha tienden a preservar el espíritu muy conservador de libre mercado, con propuestas en donde el agente económico más importante es el sector privado, es la inversión privada y que eso es lo que permite al país entrar en una senda de desarrollo y de progreso. Esa es básicamente la idea del liberalismo económico, donde se necesita promover más mercado y reducir la participación del Estado.
En el otro lado tenemos exactamente lo opuesto. El candidato de la izquierda plantea más Estado y una reducción de la participación del sector privado. Eso es lo que los pone en los extremos.
Por ejemplo, la propuesta del candidato de la derecha implica reducir los impuestos al empresariado, a las clases de ingresos mayores y también a las clases de ingresos menores, de tal manera de promover un ambiente de negocios, de más competencia. En el otro caso se plantea lo contrario, aumentar impuestos con un objetivo básicamente: aumentar el gasto público para acomodar las presiones sociales.
El candidato de la izquierda plantea modificaciones muy importantes en materia social, quiere implementar programas que acomoden precisamente esas presiones sociales. Pero para poder financiarlo se necesitan ingresos y lo que el candidato ha planteado en su campaña es que esos ingresos se tendrán desde el aumento de los impuestos, y habrá una mayor participación del Estado en la actividad económica.
¿Crees que alguno de esos énfasis puede resultar más beneficioso para la economía chilena?
-Dada la composición y el balance de fuerzas en el Congreso, creo que hay limitaciones para cada uno de los programas económicos. Si realmente se ejerce este balance del poder legislativo, propuestas muy radicales podrían enfrentar resistencia en el Congreso, podrían no pasar, a pesar de que se tenga la presión al interior de la coalición que está apoyando a cada uno de estos candidatos.
La problemática que enfrenta la economía chilena la podríamos dividir en dos. Primero, hay que fomentar el crecimiento económico, porque definitivamente la economía chilena ha perdido capacidad productiva. Segundo, hay que acomodar demandas sociales y hay una línea divisoria muy importante entre los programas de cada candidato.
Mientras el de la derecha pretende darle más importancia a la economía, el candidato de la izquierda plantea acomodar más el malestar social. Tu no puedes acomodar el malestar social endeudando al gobierno, tienes que hacer crecer la economía. Entonces, lo que tenemos aquí es una mezcla de dos programas económicos, donde si bien puede haber limitaciones legislativas para pasar algunas propuestas, también es cierto que sí existe una diferencia muy importante.
¿Qué es lo que le conviene a Chile? Es una decisión de los chilenos y la decisión está en si primero resolvemos el problema del crecimiento para generar más ingresos, más empleos y tener más recursos para acomodar programas sociales, o bien primero hay que acomodar los problemas sociales y después vemos cómo hacer crecer la economía.
Mi opinión personal es que se tiene que hacer crecer la economía, promover el crecimiento económico para generar más empleos e ingresos, pero también acompañar este programa económico con políticas sociales de mayor impacto, es decir, utilizar las ventajas del progreso económico para apoyar programas de bienestar social, que es precisamente lo que pretendió hacer la centroizquierda o centroderecha durante las últimas décadas en el país, pero que al final de cuentas los resultados no se dieron como se esperaba.
Más allá del tema tributario, ¿hay propuestas que destaque en relación al impulso al crecimiento en alguno de los programas?
-Las propuestas del candidato de la derecha plantean promover el crecimiento económico. ¿Cómo lo van a hacer? No está definido y hay una insuficiencia en eso. Claro, es un programa económico, son propuestas y es lo que generalmente se hace en una campaña política. Los detalles de cómo se va a hacer vienen más adelante. Pero sí se plantea el problema económico que hay que resolver y se propone convocar al sector privado, que es el que realmente domina la gran proporción de los negocios, domina la gran proporción del capital que se invierte en un país.
En el otro caso, se deja entrever también que hay un problema económico del crecimiento, pero no se pone el foco, porque cuando vemos las propuestas del candidato de izquierda lo que vemos es un énfasis mayor en el problema social. Pero si la economía no crece, la recaudación del gobierno tampoco va a crecer, entonces va a haber una insuficiencia para financiar el bienestar social.
En definitiva, yo creo que sí se plantea el problema del crecimiento económico, pero a ambos le faltan elementos para poder determinar si este programa o el otro tiene un efecto más positivo que el otro. Ahí, la respuesta está en cómo vamos a hacer crecer a la economía chilena de manera sana y balanceada.
¿Qué riesgos se enfrentan si no se pone un foco adecuado en lo social?
-Es ahí donde está el dilema. Si ponemos los dos programas económicos y quisiéramos definirlo de manera sencilla, podemos decir que el programa económico del candidato de la derecha sí enfatiza el problema del progreso económico, pero la parte social es muy débil, mientras que cuando queremos definir el otro programa, vemos lo opuesto: el programa de la izquierda enfatiza el bienestar social pero adolece de la parte de crecimiento económico. Si al final pudiéramos mezclar los dos programas económicos, el que enfatiza la economía y el que enfatiza el bienestar social, podríamos tener el mejor de los mundos.
Si podemos ilustrar ejemplos empíricos de la posible trayectoria que pudiera tomar Chile con uno u otro candidato, podríamos decirlo de manera simplista que si ganara el candidato de la derecha Chile tendría similitudes con Brasil y si gana el de izquierda entraría en una senda como la de México. Yo creo que ahí es dónde está el dilema que enfrenta el electorado chileno y es lo que explica el grado de incertidumbre que existe en un gran número de votantes.
¿A qué se enfrentará el próximo año quien gane la presidencia?
-El 2022 representa un desafío muy grande para prácticamente todo el mundo, Chile no es la excepción, y de hecho está mucho mejor que varios países. Ya conocemos el diagnóstico del Banco Central, de lo que se espera en materia de crecimiento económico para el 2022 y 2023, que es un panorama desalentador.
Chile se enfrenta a un proceso de inflación galopante, como ocurre en otros países también, y el Banco Central tiene como mandato controlar la inflación y lo que está tratando de hacer con el manejo de la política monetaria es atajar ese proceso inflacionario, pero para eso tiene que subir el costo del crédito y retirar circulante.
La política monetaria muy posiblemente tendrá que ser restrictiva desde inicios del 2022, lo que tiene un efecto sobre la economía. Si esa política monetaria restrictiva se prolonga, porque la inflación no cede o porque continúa al alza, el Central va a tener que apretar las condiciones monetarias más allá de donde se tiene pensado. Esa es una de las razones por las que el panorama planteado por el Central es desolador en materia de crecimiento económico en los próximos dos años. Es un problema que está enfrentado todo el mundo.
El otro problema que tenemos es que las presiones sociales van a estar a la orden del día, sobre todo teniendo un grupo de personas trabajando en la nueva Constitución del país, la que pretende analizar y dar soluciones a la gran problemática social que ha estado sufriendo el país hace ya varias décadas. Tenemos una efervescencia social y los chilenos van a demandar que se cumpla la Constitución, así que con un presidente de izquierda o derecha las presiones en la materia van a continuar.
Fuente: La Tercera-Pulso