Reflexiones Mas Solidaridad en el Sistema de Pensiones
Publicado el 25 de mayo de 2017.En primer lugar quiero agradecer la invitación que se nos ha hecho a debatir a la luz del documento del Arzobispado de Santiago en base a principios orientadores que en él se contienen.
Lo anterior por dos motivos
Primero, porque considero fundamental que la Iglesia Católica tenga una voz en el debate público e intervenga en la contingencia.
En este sentido comulgo absolutamente con la frase del Papa Francisco citada en el documento que se nos entregó, que señala "nadie puede exigirnos que releguemos la religión a la intimidad secreta de las personas…sin opinar sobre los acontecimientos que afectan a los ciudadanos"
Como Católica me siento orgullosa de pertenecer a una Iglesia viva, que tiene opinión y se la juega por los principios inspirados en el Evangelio.
Lo segundo, porque soy una convencida de que cada vez que hay un tema realmente relevante sobre el cual hay que tomar posturas o sugerir soluciones, la mejor manera para aproximarse y encontrarlas es poniendo en el centro los principio fundamentales.
Y en el caso de la Seguridad Social, disciplina desde donde tenemos que entender el tema de las pensiones, hay que tener siempre presente que su fundamento primigenio es la Dignidad del Ser Humano, y por lo tanto no podemos dejar de poner en el centro del análisis a las personas, su realidad y sus aspiraciones.
Como punto de partida, creo que todos los que estamos sentados en esta sala tenemos un diagnóstico común.
Las pensiones en Chile no son buenas.Eso sí podemos diferir de sus causas y soluciones, pero siempre es bueno rescatar lo que nos une para empezar.
Es una realidad que muchas personas conforme van acercándose a la edad de jubilar sienten una gran inquietud, una gran inseguridad respecto de su futuro, y de la forma en la cual van a poder enfrentar los años de sobrevida que les quedan.
Y teniendo presente que las pensiones son un beneficio de la Seguridad Social, y el objetivo de esta disciplina es garantizar a través de sus prestaciones cobertura para las contingencias que enfrentan las personas y que las colocan en una situación de vulnerabilidad, la propuesta que hoy nos hace la Iglesia Católica para mejorar el sistema de pensiones es incorporar más solidaridad buscando de esta forma contribuir a cumplir el objetivo central, que como ya dijimos es garantizar la dignidad del ser humano.
Por lo demás no hay que olvidar que la solidaridad, así como la universalidad, la unidad, la suficiencia y la integralidad entre otros, son principios de la Seguridad Social, y por lo tanto siempre deberían estar presente en ella.
Y frente a esto, estoy absolutamente de acuerdo con la propuesta de incorporar más solidaridad para mejorar el sistema, pero con ciertos bemoles que creo importante explicar para evitar que se produzcan otros efectos no deseados.
La Solidaridad debe aplicarse de tal manera que no resulte injusta.
Parece un sin sentido lo que digo, pero no puede ser que quienes tengan más se vean beneficiados por quienes tienen menos.
Y aquí me refiero puntualmente a que un trabajador que habiendo ganado el sueldo mínimo toda la vida, podría recibir los mismo beneficios que un trabajador que habiendo ganado mas cotizó por menos por un acuerdo con su empleador, o recibir incluso menos que un trabajadorindependiente que mensualmente pudo haber ganado mucho más durante su vida activa, pero que al no haber hecho cotizaciones previsionales, recibirá un mayor aporte del Estado.
No puede ser que la Solidaridad se agote en una sola generación, o en el grupo que llega primero
Y aquí me refiero a que producto de la baja natalidad y al aumento de las expectativas de vida, plantear la solidaridad intergeneracional significaría dejar en un futuro a toda una generación que aportó activamente al bienestar de otros en la desprotección.
Caso crítico en este sentido es el que se está viviendo en Taiwan, país en el que sus autoridades han proyectado que los fondos acumulados y sus futuros flujos sólo alcanzarían para cubrir las pensiones aproximadamente unos 15 años más.
Tampoco puede significar que la Solidaridad se plantee como una alternativa al esfuerzo personal.
Porque así como la Solidaridad es un valor fundamental para poder decir que somos verdaderamente seres humanos, el esfuerzo personal y el trabajo son elementos esenciales para el desarrollo de la persona humana y su dignidad.
El trabajo dignifica y permite a las personas desarrollar al máximo sus potenciales y al mismo tiempo aportar a la sociedad.
Y si en algo creo firmemente es que ninguno de nosotros sobra, y todos debemos contribuir al bien común.
Uno de los grandes problemas que han enfrentado países con desarrollados sistemas de protección social, es que han visto perderse generaciones de jóvenes potencialmente talentosos que han encontrado en los subsidios estatales maneras menos desafiantes de financiar sus vidas.
Muchos de estos países a la luz de las crisis financieras que han vivido durante los últimos años han iniciado procesos de revisión y de limitación de estos beneficios.
Por lo tanto, creo que es fundamental corregir el actual sistema de pensiones, y la solidaridad puede ser un camino siempre y cuando sea bien entendida y aplicada.
Creo que es fundamental reforzar la solidaridad en el sistema, pero no a través de un aporte intergeneracional, porque a la larga no se va a poder mantener producto de la realidad demográfica, y quienes aportaron hoy sentirán que aquello no fue justo para con ellos, generando una gran frustración.
Pero además porque se trataría de una solución transitoria, que serviría para paliar la contingencia, pero no daría seguridad ni estabilidad para futuras generaciones.
En palabras muy coloquiales, estaríamos sólo bicicleteando la deuda previsional.
Creo que es fundamental para corregir el sistema fortalecer el mercado del trabajo. Las bajas pensiones son un reflejo de los bajos sueldos, de la inestabilidad laboral, de la poca previsión, al haber preferido, para poder hacer frente a las contingencias actuales no cotizar, o haberlo hecho por menos.
Creo que es fundamental para mejorar las pensiones revisar los incentivos al ahorro, y aumentarlos, a fin de que el esfuerzo personal se premie doblemente.
Por una parte, porque producto del ahorro y capitalización voy a tener una mejor pensión, pero por otra mediante un mayor aporte estatal proporcional a mi esfuerzo particular, que venga aún más a incrementar una futura pensión.
Entre más ahorro mayor premio, y aquí propongo derechamente fortalecer el pilar solidario en su componente aporte previsional solidario.
Y revisar al mismo tiempo todos aquellos estímulos negativos, que llevan a que para las personas en algunos casos, sea más conveniente aprovechar los beneficios del Estado, o el esfuerzo de otros, que la formalidad o el ahorro propio.
Creo que es fundamental para mejorar las pensiones propiciar que los trabajadores conozcan más el sistema y de esta forma puedan ejercer de mejor manera sus derechos.
Es necesario fomentar la educación previsional y financiera, e instalar la idea de que es responsabilidad de cada uno de nosotros tomar las decisiones adecuadas para nuestra realidad de manera informada.
En este sentido son responsables de en estas materias las AFP, el Estado a través de los establecimientos educacionales y el Fondo de Educación Previsional y los empleadores.
En definitiva toda la sociedad partiendo desde la primera infancia.
Según información entregada hoy en un medio de comunicación 1/3 de los jóvenes chilenos de 15 años no tienen conocimientos financieros básicos
Un trabajador que no conoce sus derechos previsionales, mal podrá obtener los beneficios que la ley le confiere.
Pero hay que tener presente que no todas las personas de nuestro país van a poder en base a su propio esfuerzo financiarse una pensión digna, y que en esos casos es fundamental que el Estado intervenga y asuma un rol activo
Y cuando el Estado interviene lo hace utilizando sus recursos, que en definitiva son aportados por todos nosotros, y de esa manera también se concreta la Solidaridad.
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