Gasto en licencias médicas casi se triplica en 2005-2015 y vuelven a subir los días de reposo por enfermedad de hijo menor de un año

La masiva desvinculación de 123 funcionarios de Gendarmería por uso irregular de licencias médicas -con casos de personas que acumularon mil días de reposo- no es la única evidencia de que algo anda mal en la institucionalidad y control de este sistema.

El gasto total en subsidios para apoyar al trabajador que debe tener un reposo laboral por enfermedad, maternidad o por un accidente laboral, prácticamente se ha triplicado en la última década, pasando de $554 mil millones en 2005 a $1.510.933 millones en 2015 (ver infografía), según las cifras aportadas por Altura Management, firma consultora de políticas públicas en salud.

Generalmente la firma hace estudios referidos al sistema privado de salud y también, como en este caso, realiza análisis probono. El último estudio cuantificado de licencias médicas lo realizó en 2013 y hacía falta una revisión, explica Victoria Beaumont, gerenta general de la consultora. ¿Qué dicen los resultados de este nuevo análisis? "Muestran un escenario preocupante y con varias iniciativas administrativas y de fiscalización pendientes que cobran mayor vigencia en un contexto de estrechez de recursos fiscales", afirma Beaumont.

Fonasa autoriza el 91% de las licencias y las isapres, el 74%

En medicina curativa, entre 2005 y 2015 Fonasa ha incrementado en 12% anual el gasto en subsidios por enfermedad y las isapres, en 8%. El gasto de las aseguradoras privadas de salud iba por encima de Fonasa entre 1991 y 2003, pero en 2004 se quiebra la tendencia, lo que Beaumont atribuye a las diferencias de control. El año pasado el 91,6% de las licencias fueron autorizadas sin cambio por Fonasa, mientras que en las isapres la tasa de aceptación fue de 74,2%.

Tanto en Fonasa como en las isapres una parte del incremento del gasto es explicado por el aumento de los ingresos de los afiliados. Sin embargo, en el caso de Fonasa el 56% del gasto realizado en 2015 corresponde a una mayor utilización del subsidio y en el caso de las isapres, el 40% por subsidio y el resto por aumento de las remuneraciones.

En 2015 Fonasa otorgó licencias médicas curativas que demandaron un gasto de $570.890 millones, 16% más que el año anterior. Es en el mayor uso o frecuencia de los subsidios donde Beaumont ve espacios para controlar eventuales abusos. Un 30% del gasto por mayor frecuencia de días de licencia puede ser fraudulento, según estimaciones de la organización Inmune.

La ejecutiva de Altura Management propone generar una meta mínima de gestión y ahorro a través de la fiscalización del potencial de fraude en el uso de las licencias médicas. Tomando como supuesto la aplicación de un control del 30% del gasto por frecuencia, según sus cálculos en 2015 se podrían haber liberado $108.272 millones de menor gasto en el año. Ello habría permitido financiar 137.102 cirugías de catarata; la carrera de 6.072 enfermeras; la carrera de medicina a 2.926 estudiantes; el pago del 33% de la deuda hospitalaria al 31 de diciembre de 2015; o la construcción de dos hospitales con 300 camas.

Licencia por hijo menor de un año vuelve a crecer

El promedio de días de reposo materno por enfermedad grave de un hijo menor de un año alcanzó un peak de 86 días en los años 2009 y 2010, sin una explicación de carácter epidemiológico. Tras la implementación de la Ley del Posnatal extendido de seis meses, la cifra había descendido a 17 días en 2012 y 15 días en 2013.

Sin embargo, en 2014 remontó nuevamente a 17 días y el año pasado, a 20 días, lo que según el estudio tampoco tiene una explicación epidemiológica.

Otrora fue el reflujo lo que se mencionaba con frecuencia para justificar este tipo de licencias y ahora comienza a hablarse de alergias alimentarias que afectan a los menores, comenta la ejecutiva.

Alto ausentismo en sector salud

En el sector salud el ausentismo laboral justificado con estos permisos aumentó desde 18,3 a 21,4 días al año entre 2013 y 2015, según cifras de la Subsecretaría de Redes Asistenciales.

Victoria Beaumont sostiene que el alto ausentismo laboral en el sector salud por licencias médicas puede estar asociado a que el trabajo en los servicios de salud es muy estresante. Pero advierte que no se puede negar que los funcionarios tienen fácil acceso al médico y se conjugan esas dos realidades.

Las estadísticas indican que los lunes son los días de mayor inasistencia laboral en este sector y las licencias médicas se concentran en el grupo de trabajadores de entre 24 y 34 años, mayoritariamente mujeres.

Medidas para evitar fraudes

De la cotización del 7% de la remuneración que se destina a salud, una parte va a prestaciones de salud y otra, a licencias médicas. Al separarla en dos fondos - por ejemplo, el 5% a la cotización general de salud y 2% a financiar licencias médicas o subsidios de incapacidad laboral-, los incrementos en el gasto no repercutirían sobre los beneficios ni en el encarecimiento de los planes de salud, plantean en Altura Management.

Además, afirma la ejecutiva, la administración del beneficio se podría separar de las isapres y que lo administre una nueva institución u otra ya existente, como las Cajas de Compensación de Asignación Familiar (CCAF), que actualmente administran las licencias médicas de los trabajadores afiliados a Fonasa cuando los empleadores están adscritos a ellas.

El argumento para esta nueva institucionalidad de recaudación y administración completa del subsidio por incapacidad laboral o licencia médica es no ensuciar el financiamiento de las prestaciones de salud con el hecho de mantener parte del ingreso cuando se está enfermo, que corresponde más bien a un subsidio laboral.

Establecer protocolos de entrega de licencias por tipo de enfermedad es otra de las propuestas. Por ejemplo, para la patología H1N1 o gripe porcina podrían ser diez días de reposo y un determinado medicamento. Además, que se otorguen licencias médicas solo en prestadores con convenios supervisados por la Superintendencia de Salud, algo similar al GES.

Beaumont piensa que también es importante analizar cómo funciona la gestión de las comisiones médicas preventivas (Compin) dependientes de los servicios de salud. En este momento no solo revisan las licencias, sino que tienen múltiples funciones. "Habría que revisar si es el lugar para la fiscalización", dice la ejecutiva aludiendo a que, por ejemplo, el sistema funciona con licencias médicas no foliadas, donde una secretaria ve un grupo y otra encargada, otro grupo, "generándose espacios de fraude", dice.

Otro de los temas pendientes por resolver es que hay enfermedades profesionales que están siendo cubiertas por subsidios de medicina curativa, porque si el empleador las reconoce como enfermedad profesional, le sube la prima que debe pagar a la mutual. Entonces hay allí un incentivo a subdeclarar ese tipo de licencias.

Fuente: El Mercurio