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Aspiraciones salariales de los millennials chilenos chocan con la realidad

Investigación consideró 3.560 jóvenes de 15 a 24 años que viven en las regiones Metropolitana, Valparaíso y Biobío.

Fuente: Diario FinancieroPublicado el 30 de noviembre de 2018.

Una tendencia a sobreestimar los ingresos que percibirán en el mercado laboral detectó entre los jóvenes chilenos -independiente de su nivel de educación- un estudio que realizó el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) en conjunto con Espacio Público y el Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo-Canadá (IDRC) en nueve países de la región.

La investigación, que dio origen al libro "Millennials en América Latina y el Caribe: ¿trabajar o estudiar?" -el que se presentará el jueves en el país-, abarcó la visión de 15 mil personas de 15 a 24 años y, en el caso de Chile, de 3.560 residentes de la zona Metropolitana, Valparaíso y Biobío, tanto hombres como mujeres, de los dos quintiles de menores ingresos.

Bajo la lógica de identificar los elementos que influyen en la decisión académica o laboral de los jóvenes, el capítulo chileno desarrollado por Andrea Repetto, María Ignacia Contreras, Rafael Novella y Eleonora Nun, mostró que el salario mínimo por el cual estarían dispuestos a trabajar supera en un 30% el mínimo legal, que desde septiembre es $ 288 mil.

De hecho, aunque la expectativa -salario de reserva- es más baja entre quienes no estudian ni trabajan (NINI), es bastante superior a la remuneración efectiva de de los encuestados con empleo.

Lo anterior, en un marco en que los jóvenes -más allá de su edad- subestiman el beneficio de terminar la educación básica y sobreestiman el sueldo que obtendrán de la mano de más educación.

Habilidades en juego

En un contexto en que los datos cualitativos de la investigación sugieren que los jóvenes ven oportunidades en el país, otro resultado relevante apunta a que los NINI -que no son sinónimo de inactivos, pues realizan actividades de cuidado personal y buscan empleo- provienen de hogares de menor nivel socioeconómico, seguidos por quienes solo trabajan.

Una característica adicional de dicho grupo es que exhiben menos habilidades cognitivas -las que se relacionan con el conocimiento-, incluso luego de comparar a jóvenes similares en términos de edad, género e ingresos en el hogar. Sin embargo, un hallazgo que los investigadores consideran "central" es que poseen habilidades no cognitivas similares a las de los demás jóvenes. "Es decir, son igual de afables, responsables, emocionalmente estables y reportan una autoestima y satisfacción con la vida similares, entre otras medidas socioemocionales", concluye el análisis.

Pero además aparecen como más tolerantes al riesgo y menos impacientes que los que trabajan y/o estudian. Hay otro contraste: mientras los NINI tienen una alta incidencia de relaciones sexuales desprotegidas y de consumo de drogas, quienes estudian y trabajan exhiben más conductas de riesgo en cuanto a porte de armas, consumo de marihuana, consumo excesivo de alcohol, sobrepeso y obesidad, así como más síntomas de depresión.

Así y todo, quienes solo estudian o que lo hacen a la par de trabajar son los que expresan más seguridad de alcanzar sus aspiraciones.

Inserción educativa y laboral en cifras

Un alto porcentaje de los jóvenes encuestados en Chile está inserto en el sistema educativo, aunque un grupo reducido asiste a capacitación.
Cerca de dos tercios reportó haber trabajado alguna vez, aun cuando en la actualidad solo menos de un tercio se encuentra ocupado.
El 59% trabaja en jornada parcial de 30 horas o menos a la semana.
El trabajo independiente engloba al 16%. Las mujeres son las que más se desempeñan en jornada parcial (62% frente al 56% de los hombres).
Más de la mitad solo estudia, mientras que un 17% trabaja y estudia, y un 15% solo trabaja. Los NINI son un 14% del total.
Fuente:Diario Financiero

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