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Fondo de Rezago: más de US$ 265 millones acumulan las desconocidas cuentas a donde van las cotizaciones erróneas

Al fragor del debate previsional, han surgido voces, como la del diputado Osvaldo Andrade (PS), que piden usar esas platas para mejorar las pensiones más bajas. Mientras, la Asociación de AFP afirma que esos recursos tienen dueños, los cotizantes, que los pueden reclamar incluso después de jubilarse. Otras voces advierten que usar esos fondos sería dar luz verde a una medida expropiatoria.

Fuente: El MercurioPublicado el 01 de octubre de 2017.

El desconocimiento de los afiliados sobre cómo funciona el sistema de pensiones es alto. Apenas el 36% está consciente de que ese dinero le pertenece, mientras solo el 57% de los chilenos sabe cuánto dinero tiene ahorrado en su AFP. Así lo reveló una encuesta realizada por Cadem en agosto de 2016, justo cuando las multitudinarias marchas por mejores pensiones obligaban al Gobierno a incorporar una reforma más a su ya nutrida batería de anuncios.

Visto así, no es de extrañar que el sistema de pensiones ofrezca incontables detalles que, para una inmensa mayoría, resultan desconocidos. Ocurrió cuando el líder de No + AFP, Luis Messina, mencionó la existencia de las que llamó "comisiones fantasma" en un debate televisivo, refiriéndose a las comisiones internacionales que pagan las AFP.

Ahora está emergiendo un nuevo concepto: el fondo de rezago. Fue el diputado Osvaldo Andrade (PS) quien lanzó este concepto al ruedo, encontrándose con la sorpresa, incluso, de que algunos de sus propios pares en la Cámara no habían oído hablar de esto.

Se trata de fondos donde se destina toda la recaudación que reciben las AFP por concepto de cotizaciones erróneas y que no se abonan en las cuentas de los usuarios del sistema. A agosto de este año, las AFP mantenían un total de US$ 265 millones en sus respectivas cuentas de rezago.

Estos fondos se originan cuando el empleador paga por error las cotizaciones de algunos de sus empleados en una AFP distinta a la que corresponde. Ello ocurre, por ejemplo, cuando un trabajador se cambia de AFP y no notifica a la empresa sobre su nueva administradora previsional. También se da cuando el empleador se equivoca en el nombre o en el RUT de alguno de sus empleados al momento de confeccionar la planilla de pago de las cotizaciones.

¿Qué pasa con esa plata? Las AFP toman ese dinero y lo invierten en su respectiva cuenta de rezagos, tal como lo hacen con las platas del fondo C.

En paralelo, la AFP que sí debería haber recibido esas cotizaciones no tiene la obligación de informar a su afiliado que tiene imposiciones rezagadas, sino que se supone que es el propio usuario quien debe detectar esa situación revisando sus cartolas.

Integrantes de la comisión de Trabajo de la Cámara de Diputados han puesto la lupa sobre esos recursos y, el 6 de septiembre de 2016, solicitaron a la Superintendencia de Pensiones un informe sobre su volumen. En la respuesta, enviada a la Cámara Baja el 30 de ese mes, la Superintendencia informó que los fondos acumulados a esa fecha ascendían a $152.334 millones, equivalentes a US$ 243 millones. Desde entonces, el volumen de recursos apozados en esas cuentas ha seguido creciendo y hoy suma más de US$ 265 millones.

Las AFP que acumulan más recursos en sus cuentas de rezago son Provida, con US$ 103 millones; Planvital, con US$ 53 millones y Habitat, con US$ 51 millones (ver infografía).

¿Mucho o poco? Depende de cómo se lean las cifras. Para el sistema de AFP son irrelevantes, si se considera que representan apenas el 0,13% del total de los fondos administrados. Pero si se comparan con el gasto público en pensiones, en cambio, son platas nada despreciables. Esos fondos equivalen al 35,2% del total de recursos que el fisco destinará este año al pago de pensiones básicas solidarias por vejez, US$ 751 millones según la Ley de Presupuesto 2017.

Visiones encontradas sobre cómo usar esos recursos para mejorar las pensiones

Dado que esos fondos vienen creciendo, una de las ideas que se han barajado al fragor del debate previsional es utilizarlos para mejorar las Pensiones Básicas Solidarias (PBS). El diputado Osvaldo Andrade (PS) es uno de los congresistas que está empujando esa posibilidad. De hecho, lo planteó también cuando ocupó el cargo de ministro del Trabajo, durante el primer gobierno de la Presidenta Michelle Bachelet.

La idea, señala Andrade, es asignar esos fondos a aquellas personas que reciben Pensiones Básicas Solidarias (unas 580 mil pensionados).

En la Asociación de AFP tienen una visión diferente sobre el tema. El gerente de Estudios de la entidad, Roberto Fuentes, parte aclarando que esos fondos tienen dueño, los cotizantes, y que en cualquier momento un afiliado podría ejercer su derecho sobre esos recursos. "La plata de estos rezagos no se pierde, ni nadie se queda con esos recursos. Es muy importante que el trabajador revise si sus cotizaciones están correctamente hechas y, en caso de que no sea así, ponga los reclamos que correspondan", dice el ejecutivo.

Alcanzaría para entregar $270 mil por persona

¿Cuál sería la modalidad de pago en el caso de que se utilizaran esos recursos para mejorar las pensiones básicas? Una de ellas, dice Andrade, es que en lugar de que esos jubilados reciban 12 pagos al año, incorporar una decimotercera cuota, la que podría ascender a unos $270 mil por cada pensionado, por una vez.

Otra alternativa -afirma- es destinar esos fondos a los trabajadores de baja densidad de cotizaciones -aquellos que exhiben altas lagunas previsionales- o a las mujeres mayores de 60 que ya no tienen un trabajo estable, pero que deben esperar hasta los 65 años de edad para acceder a la PBS. "Lo que resulta insostenible es que tengamos (inutilizado) un fondo que se invierte y que genera utilidades", afirma Andrade.

Uno de los problemas para operativizar esta propuesta es que esos fondos tienen dueños. Incluso al momento de iniciar los trámites de jubilación, una persona puede revisar su documento histórico de cotizaciones y, si detecta anomalías, podría pedir que se investigue si algunas cotizaciones faltantes fueron a la cuenta de rezagos. En ese caso, los recursos se deben ingresar en la cuenta individual de la persona afectada, lo que incrementaría su pensión.

"En cualquier momento un afiliado puede ejercer su derecho a sus cotizaciones, incluso después de pensionado. De hecho, las AFP tienen el incentivo de identificar a los afiliados dueños de esas cotizaciones rezagadas, ya que solo después de depositar estos fondos en las cuentas individuales se puede cobrar la comisión de administración", afirma Roberto Fuentes.

Una opción para sortear esta situación, dice Andrade, es dejar un porcentaje de esos fondos en una suerte de reserva por si alguien reclama su plata. ¿Posibilidades de que ello ocurra? No muchas, afirma, considerando que, lejos de disminuir, ese fondo crece año a año. Cuando fue ministro, recuerda, eran US$ 75 millones.

Otras fuentes de la industria afirman que si bien esos US$ 265 millones apozados en las cuentas de rezago son marginales dentro del total de fondos administrados por el sistema -US$ 190 mil millones-, colectivizar su propiedad tendría un efecto simbólico mayor: supondría dar luz verde a la primera medida expropiatoria en materia previsional.

Fuente: El Mercurio

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