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Gamma Capital desiste de ingresar a Masvida como socio y se agudiza la crisis en la isapre

Escasa información sobre los estados financieros y la fuga de afiliados habrían impulsado la decisión de la firma

Fuente: El MercurioPublicado el 01 de marzo de 2017.

A las dos de la tarde de ayer, Empresas Masvida debía entregarle sus estados financieros a Gamma Capital. Sin embargo, eso no ocurrió.

Esa habría sido la "gota que rebasó el vaso" para que finalmente Gamma Capital decidiera dar un paso al costado y desistiera de convertirse en el socio estratégico de Masvida. Ello, a dos días de la junta de accionistas que debía votar el ingreso y en medio de un complicado panorama que se enredó con la aparición de otras ofertas para quedarse con la firma, explicaron fuentes cercanas al proceso.

Y es que esta no es la primera vez que el conglomerado de salud se enfrenta a un fracaso en el proceso de búsqueda de un socio estratégico que le permita superar el complejo escenario financiero en el que está inmerso.

Hace pocos meses -incluso después de haber sido aprobado por el directorio y la junta de accionistas-, el incumplimiento de condiciones por parte de Empresas Masvida ya había llevado a Southern Cross a desistir de ingresar como socio con el 55% de la propiedad de la firma.

Razones de la decisión

Un par de meses después la historia se repite: las condiciones no estaban dadas para que se concretara finalmente la entrada de una nueva compañía como controladora del holding . Cercanos al proceso aseguraron que la firma de capital privado habría enviado una carta ayer dirigida a Empresas Masvida, donde les informaba sobre la decisión y entregaba las razones que los hicieron aventurarse a optar por ese camino.

Uno de los argumentos principales sería que las actuales condiciones que enfrenta Masvida no estaban presentes cuando se firmó el acuerdo entre las partes, a mediados de febrero. Entre esto figurarían estados financieros no entregados, la investigación de la Fiscalía por eventual entrega de información falsa al regulador y una fuga cada vez más masiva de afiliados.

Además, según conocedores del proceso, Gamma Capital se habría percatado de que con la información financiera que conocían hasta el momento, el negocio era inviable.

De hecho, fuentes que conocen los estados financieros de Masvida aseguraron que la compañía requiere una inyección de capital mucho más alta de la que se estimaba y que incluso sería superior a los $60 mil millones que contemplaba el aumento de capital propuesto en su momento por Southern Cross.

El problema, dicen fuentes cercanas a Masvida, es que las otras ofertas que ha recibido la compañía -como la propuesta de Guillermo Harding- no solucionan el problema, puesto que la inyección de recursos no alcanzaría para sacar a flote la isapre. Y, en esa línea, aseguran que este negocio es justamente el que corre más riesgos. De hecho, comentaron que la salida de Gamma Capital agudiza la crisis que enfrenta la aseguradora de salud y pone en duda la continuidad de la isapre. Incluso, algunos estiman que si no aparece una oferta que solucione el problema de fondo y que permita entregarle un Plan de Ajuste y Contingencia (PAC) que deje satisfecha a la Superintendencia de Salud, la isapre estaría ad portas de la intervención del regulador.

Las posibilidades que aparecen en el horizonte para resolver el problema de los afiliados

El retiro de la oferta de Gamma Capital sobre Masvida vuelve a dejar en completa incertidumbre a la isapre, a la que se le agota el tiempo para conseguir los montos que permitan restituir las garantías legales que le faltan, y que corresponden al 100% del monto de las deudas que tenga la compañía con sus beneficiarios (por ejemplo, en licencias médicas) y con los prestadores (médicos, clínicas y laboratorios) que los atienden. El último reporte indica que Masvida tiene garantizado solo el 75,4% de estas.

Según fuentes ligadas al tema, la isapre no tiene problemas de flujo, pues maneja las cotizaciones de sus afiliados. Sin embargo, no es capaz de asumir mayores responsabilidades, por lo que se le genera una deuda de arrastre que es la que la obliga a buscar un socio. De no encontrarlo en las próximas semanas, la Superintendencia de Salud la intervendrá, abriendo tres escenarios, que a continuación se detallan:

Nombrar un interventor e intentar vender la isapre

La superintendencia nombraría a un funcionario a cargo de la isapre. En el caso del último antecedente similar, de isapre Vida Plena, (la que quebró en 2003, a raíz de los problemas de su grupo controlador, Inverlink), se nombró a una funcionaria de la superintendencia, Tamara Agnic, quien en 2016 dejó el cargo de superintendenta de pensiones en medio de cuestionamientos a la fusión de las AFP Cuprum y Argentum.

La misión de este funcionario sería intentar vender la isapre, de manera de cambiar el grupo controlador, y permitiría así la continuidad del giro de la empresa, así como el de los planes de salud de sus afiliados.

Este sería el mejor escenario para los beneficiarios de Masvida, quienes no se verían en necesidad de buscar otro seguro de salud.

Vender la cartera de cotizantes a otra isapres

De no encontrar ningún interesado en comprar la isapre completa, el paso siguiente para el interventor sería intentar "vender" su cartera de beneficiarios, que es el principal activo de las aseguradoras.

El atractivo de Masvida es que tiene un flujo mensual de $32 mil millones, producto de cotizaciones. Sin embargo, como las desafiliaciones han aumentado durante los últimos meses, esa cifra ha ido achicándose. Se estima que en Masvida hay unos 180 mil -de 550 mil beneficiarios- que están cautivos por enfermedad y edad, y no serían recibidos en ningún otro seguro si quisieran dejar esa isapre.

De conseguirse un interesado en la totalidad de la cartera, este debería recibir a los cotizantes y respetarles los planes de cada uno de los afiliados en su isapre original.

Licitación al mejor postor

De fracasar las dos anteriores, la superintendencia puede llamar a licitación de la cartera, la que no puede ser dividida según sexo, edad o enfermedades, por lo que se trataría de un negocio "de todo o nada". En la licitación puede participar más de una isapre, siempre y cuando se garantice un lugar al 100% de los beneficiarios que se están licitando, y se les ofrezca un plan, distinto del que tenían en su isapre de origen, pero por un monto equivalente al pagado en la isapre original, que tenga un mínimo de un año de vigencia.

Este escenario es el que más temen los seis mil médicos socios de Masvida, quienes perderían su plan preferente, que está muy por sobre la media del mercado.

Una cuarta opción, que existió solo hasta 2006, es la distribución aleatoria de cartera entre las otras isapres del sistema. Para reponerla se requeriría de una ley.

Fuente: El Mercurio

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