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Comisión previsional de Bachelet entra en fase definitiva con tres posibles escenarios

La instancia analizará las líneas de propuestas, que se agrupan en cambios sustanciales al sistema actual, un modelo mixto o de semirreparto y la migración a un sistema de beneficio definido.

Fuente: El MercurioPublicado el 16 de julio de 2015.

Después de varias postergaciones, la Comisión Bravo -como se conoce al grupo de técnicos que trabaja por mandato de la Presidenta Michelle Bachelet para formular propuestas de mejora al sistema de pensiones chileno- deberá entregar sus conclusiones en agosto.

Y aunque todavía no se ha llegado a una conclusión definitiva sobre la propuesta, e incluso tampoco se ha realizado la etapa de debate final por parte de sus 24 integrantes, el trabajo que vienen realizando desde abril del año pasado ya ha delineado algunos escenarios que servirían de base para encauzar el documento definitivo.

La comisión sesionará nuevamente este 28 de julio, en una jornada que daría el inicio a la etapa final de definiciones.

Según diversas fuentes al tanto del trabajo de la comisión, las ideas se agrupan en tres grandes líneas de cambios.

La opción de una vuelta al sistema de reparto es la menos representativa y en esta desaparecerían las actuales AFP. Cercanos a la discusión explican que la propuesta considera que los aportes de los trabajadores sean destinados a un seguro social. Para financiar esto no se necesitarían los ahorros acumulados, porque los trabajadores actuales podrían financiar a los jubilados, explica un conocedor del proceso. No obstante, reconoce que esta situación cambia cuando disminuye la proporción de trabajadores e inactivos.

El economista Salvador Valdés indicó en un seminario de Clapes-UC esta semana que hay casos en que se justifica esta decisión: "Cuando hacerlo transfiere recursos a una generación muy desafortunada; cuando la tercera edad consume mucho menos que los trabajadores, o cuando su tasa de pobreza es mucho mayor". Chile incumple todos estos requisitos, explicó.

Aplicar fuertes cambios al sistema actual de tres pilares -solidario, obligatorio y voluntario- es otra de las propuestas. Esta considera modificaciones que apuntan a incentivar más la competencia entre las AFP y vincular las comisiones que estas cobran al desempeño de la administración de los fondos.

También considera ampliar la cobertura del pilar solidario, tanto para la pensión básica como para el aporte máximo, al que hoy puede acceder el 60% más vulnerable.

La tercera alternativa es avanzar a un sistema mixto o de semirreparto , en el que conviven un sistema de capitalización individual con AFP y un beneficio definido financiado por los trabajadores activos.

En este grupo se barajan varias alternativas para determinar qué porcentaje de la cotización mensual del trabajador se destinaría a financiar pensiones del seguro social y qué parte se ahorraría en la cuenta de capitalización individual. Además, se discutirá cómo se establecen los beneficios del reparto.

Las opciones que incluyen reparto consideran solo las cotizaciones futuras para financiar el seguro social, y no los fondos que las personas tienen acumulados hasta ahora en las AFP.

Reparto es regresivo

Para el presidente de la Asociación de AFP, Rodrigo Pérez, "el reparto es pan para hoy y hambre para mañana y es populismo al más alto nivel".

Pérez explica que bajo los cambios demográficos, "el reparto es una pésima solución para los trabajadores jóvenes porque los va a condenar a una pensión peor que la que accederían en un sistema de capitalización".

Agrega que se debe considerar la tasa de fecundidad, y la proporción entre personas activas y pasivas: "No habrá suficiente gente trabajando para financiar las pensiones y el reparto provocaría amplios problemas financieros, tal como está ocurriendo en Grecia, donde vemos que el país está en la bancarrota y los pensionados llorando en la calle. No queremos heredar eso a nuestros hijos y nietos".

Para Mónica Titzé, integrante del Consejo Consultivo Previsional, "la mejor redistribución de los ingresos es mediante impuestos generales. Las personas con mayores ingresos no participan del sistema de AFP o cotizan sobre el tope imponible. Por ello, los trabajadores de la clase media serían los que terminarían financiando el nuevo sistema solidario".

Fuente: El Mercurio

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